Empujado por su 60.000 «tifosi», Napoli salió con agresividad y asustó al Madrid con el argelino Faouzi Ghoulam, que rozó un gran gol lanzando un córner, y con el eslovaco Marek Hamsik, que lo intentó con dos peligrosos remates desde fuera del área.
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El equipo blanco se encerró atrás a la espera de aprovechar la velocidad de Bale y Cristiano Ronaldo al contragolpe aunque eso permitió al Nápoles instalarse de forma estable en la zona de peligro madridista.
La superioridad napolitana tuvo premio en el minuto 24, cuando Mertens recibió en el área un pase al hueco de Hamsik y definió con un zurdazo cruzado que sorprendió al portero costarricense Keylor Navas, desatando la euforia de la hinchada local.
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En gol del equipo de Nápoles obligó al Madrid a atacar más, lo que dio vida a una fase muy espectacular del encuentro. En el minuto 29, Ronaldo sembró el pánico en el San Paolo con un disparo que se estrelló contra un poste, mientras que, nueve minutos después, Mertens rozó el doblete con un derechazo que también acabó impactando en un poste.
Así, el club italiano se fue al descanso acariciando la clasificación y el Madrid con la obligación de cambiar radicalmente de actitud y, sobre todo, de conseguir un gol. Ese cambio de actitud llegó de forma inmediata, liderado por el capitán Sergio Ramos, que silenció al San Paolo con dos goles en el espacio de siete minutos que acabaron con los sueños de toda Nápoles.
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Dos saques de esquina lanzados por el alemán Toni Kroos fueron suficientes para Ramos para firmar un contundente doblete de cabeza (m.52 y m.57) y encarrilar el pase a cuartos.
Tras recibir esos dos goles, Sarri dio paso a Zielinski, al polaco Arkadiusz Milik y al croata Marko Rog para animar a su equipo a que siguiera atacando, pero el Madrid logró defenderse con más orden.
Con la eliminatoria ya sentenciada, el equipo blanco amplió distancias en el tiempo añadido por medio de Morata, que había entrado a quince minutos del final por Benzema y que rubricó el 1-3 final.
A pesar de haber sufrido en la primera mitad, el Real Madrid pudo salir satisfecho del campo por haber conseguido un triunfo importante en uno de los estadios más difíciles de Italia.