El Chapecoense intenta volver a la normalidad, luego del accidente aéreo del pasado 28 de noviembre que dejó 71 personas fallecidas. Este miércoles, por el Campeonato Catarinense, el golpeado equipo visitará al Atlético Tubarao, encuentro para el cual tuvo que desplazarse en avión.
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Y el club brasileño eligió para el traslado a la compañía colombiana Avianca, que opera algunos destinos internos dentro de ese país. La ruta que completó la delegación fue Chapecó-Florianópolis, desde donde tomó un bus para recorrer 140 kilómetros y llegar hasta su rumbo final.
El vuelo tuvo una duración de una hora y dos minutos. En el viaje predominó la tranquilidad y la mayoría de los jugadores durmió durante gran parte del trayecto.
“Fue una tragedia, pero ya pasó. Tenemos que seguir. Todo el mundo viajó para llegar hasta aquí. Estamos acostumbrados, así es la vida. Todo fue tranquilo, teniendo la certeza de que vamos a hacer un gran partido”, explicó Douglas Grolli, el primer refuerzo tras la desgracia, aunque conocido de la casa, ya que estuvo en la institución en dos períodos: 2008-2011 y 2014-2015.
