Después del llanto, queda el dolor. Después del dolor, deben venir las investigaciones. Dos días después de la tragedia de Chapecoense, que dejó en luto a todo el fútbol sudamericano y a la Conmebol, muchas son las versiones encontradas entre lo que realmente ocurrió para que el avión de la aerolínea LaMia, de matrícula CP2933, se estrellara en el cerro El Gordo, que queda entre La Ceja y La Unión, en el departamento de Antioquia.
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La mayoría de esas versiones apuntan a la aerolínea boliviana, de capitales venezolanos, que al parecer no estaba en condiciones de ofrecer un vuelo chárter desde Santa Cruz de la Sierra hasta Medellín, al menos no sin hacer una escala previa para recargar combustible. La autonomía de este ‘regional jet British BAe-Avro 146’ no superaba las cuatro horas y media de vuelo, por lo que llegar desde un trayecto tan largo, era prácticamente llegar al ras.
Entonces, ¿por qué Chapecoense decidió abordar esta nave? Lo curioso es que no lo hizo una vez, sino en varias ocasiones, entre ellas en la que se desplazó desde Chapecó hasta Barranquilla, para jugar por los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante Junior. En aquella ocasión, el vuelo también presentó problemas logísticos y se retrasó por horas antes de aterrizar en el aeropuerto Ernesto Cortissoz, de ‘La Arenosa’.
Según dijeron los propios protagonistas, antes de salir desde Santa Cruz de la Sierra hasta su fatal deceso, una de las razones por las que abordaban esta nave y no otra, era porque les traía suerte para vencer a gigantes del continente, como Independiente de Avellaneda, San Lorenzo de Almagro y el mismísimo Junior de Barranquilla.
Sin embargo, Chapecoense no era el único club de Sudamérica que utilizaba los servicios de LaMia, que contaba con tres aeronaves de las cuales dos de ellas no están en condiciones de ser piloteadas. El avión que se estrelló en Colombia era la única máquina supuestamente en condiciones de transportar pasajeros, entre los cuales llevó a los planteles de Atlético Nacional, The Strongest, Cerro Porteño, o incluso las selecciones nacionales de Venezuela y Argentina, con Lionel Messi a bordo.
Jugadores que una o varias ocasiones estuvieron en un vuelo a bordo del interior de esta nave, confirmaron que no les daba confianza. Es el caso de Miguel Borja, delantero de Atlético Nacional, quien declaró que le parece sospechoso la utilización de dicha nave en partidos internacionales y exigió una investigación inmediata para esclarecer lo que sucedió antes del accidente y qué derivó en el siniestro.
“Es el mismo avión, misma tripulación, el mismo capitán. En ese avión varias veces tuvimos que parar a poner combustible. Eso da para investigar, eso no lo podemos dejar pasar”.
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Otro que advirtió que algo pasaba con el LaMia CP2933, fue el mismísimo Lionel Messi. Luego del vuelo que trasladó a la selección Argentina desde Belo Horizonte hasta Buenos Aires, y que fue realizado por el avión siniestrado de LaMia, el astro de Barcelona pidió que no utilizaran ese avión nuevamente para trasladarse a San Juan, en la víspera del partido ante Colombia, por las eliminatorias sudamericanas. Según reveló el diario Clarín, el pedido del la ‘Pulga’ se debió a cierto temor en el interior de la nave.
“Apenas bajaron, les hicieron saber a los empleados de AFA que el avión hacía ruido, no era confortable, ni les parecía seguro”, dijo una fuente de AFA al diario Clarín.
Ante estas advertencias y confirmaciones, la pregunta que se abre es: ¿LaMia tenía preferencias en el fútbol sudamericano? A medida que pasan las horas la respuesta parece ser sí. Conmebol, quien intenta refundarse luego de un escándalo de corrupción magnánimo, en el que varios dirigentes terminaron presos o implicados (entre ellos Luis Bedoya, expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol), vuelve a estar en el ojo del huracán.
Versiones periodísticas comenzaron a cuestionarse si la Conmebol tenía un pacto con LaMia, para transportar a diferentes equipos y selecciones sudamericanas. Una declaración de un piloto argentino podría abrir la caja de pandora de algo que podría culminar en escándalo. Se llama Jorge Polanco y ha transportado planteles profesionales en todo el continente, trabajando con otras aerolíneas. Él, aseguró que hay ‘gato encerrado’.
“La Conmebol tenía convivencia con LaMia. Cotizaban más barato a los clubes. Era un negocio, montaron la empresa para eso. La Conmebol la recomienda y sugiere la compañía”.
Desde LaMia no tardaron en desligarse de Conmebol. El jefe de prensa de la aerolínea, Miguel Ortiz, salió en defensa de LaMia y se alejó del organismo sudamericano.
“La Conmebol no tiene nada que ver con los vuelos de los clubes”.
Mientras en Medellín las personas encendieron las velas en tributo a las víctimas del siniestro, en otros lugares se empiezan a encender luces para esclarecer las razones del trágico desenlace. Lo ocurrido el lunes 28 de noviembre fue un infortunio, pero también hubo negligencia y seguramente, responsables. Justicia para Chapecoense.