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Michael Phelps y Usain Bolt se robaron la película en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Mientras el nadador siguió agrandando su leyenda y sumó cinco medallas de oro y una de plata para totalizar un total de 28 preseas en su carrera, el velocista jamaicano nuevamente demostró que es el rey de la velocidad, ganando el oro en los 100 y 200 metros y el relevo 4×100 para unirse al grupo de atletas que han sumado nueve medallas doradas y obtener un histórico “triple-triplete”.
Ya cansados de hacer historia en el olimpismo y con una avanzada edad, las dos leyendas vivientes decidieron retirarse de los Juegos Olímpicos y no dirán presente en Tokyo 2020.
Sin embargo, no son los únicos y en la cita olímpica japonesa tampoco podremos disfrutar de Manu Ginóbili, quien, luego de ganar el oro en Atenas 2004 y el bronce en Beijing 2008, se retiró de la selección argentina de básquetbol tras quedar eliminados en cuartos de final en Río 2016 a manos de Estados Unidos, o de Yelena Isinbayeva, que no pudo estar en Brasil por el escándalo de dopaje que sacudió a Rusia y no tendrá una nueva posibilidad de participar en unos Juegos Olímpicos.
Pero con el retiro de las grandes estrellas también aparecen los encargados de tomar esta posta y deportistas como Simone Biles o Katie Ledecky ya demostraron que harán historia en el olimpismo. Las estadounidenses, a su temprana edad, brillaron en Río 2016 y se transformaron en las líderes de la gimnasia y la natación, respectivamente.
Biles estuvo muy cerca de conseguir el pleno dorado al ganar las medallas por equipos, all around, suelo y salto, pero cometió un error en la viga y terminó con el bronce. En tanto, Ledecky brilló en la piscina y obtuvo medallas de oro 200, 400, 800 metros libres, con récord mundial en estas últimas dos pruebas, y el relevo 4×200, además de la plata en el relevo 4×100 metros.
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Además de la gimnasta y la nadadora, en Río 2016 se consagró Elaine Thompson como la nueva velocista, ganando el oro en 100 y 200 metros y la plata en el relevo 4×100 metros; y Ryan Murphy, quien, a sus 21 años, se perfila como el sucesor de Michael Phelps al ganar la presea dorada en 100 y 200 metros espalda, con récord olímpico en esta prueba, y el relevo de 4×100, donde también estaba el tiburón de Baltimore.
Nuevas estrellas que tomarán el relevo de las leyendas vivientes.