[VIDEO] Así se vivió encuentro de Óscar Figueroa con su hermano Wilson, suboficial del @COL_EJERCITO #NuestrosHéroes pic.twitter.com/rTAjZzatBE
— Ejército de Colombia (@COL_EJERCITO) 15 de agosto de 2016
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Después de haber obtenido la medalla de oro en el levantamiento de pesas en la categoría de los 62 kilogramos, Óscar Figueroa pisó territorio colombiano, exhibiendo en su pecho el premio a una larga carrera de sacrificio, dedicación y muchos logros para el país, se reencontró con su hermano, habló de su futuro y aseguró que quiere seguir vinculado a su deporte, pero siendo un directivo.
En un principio y ante los medios, dirigentes, representantes del gobierno nacional e integrantes del ejercito nacional, el campeón dejó plasmadas en palabras su sentir: «Tengo un gran orgullo y gran satisfacción después de los 22 años de carrera deportiva que he llevado. He tenido altibajos, ires y venires, pero gracias a Dios después de tanto se logró este grandioso objetivo al lado de los míos»,
Aunque algunos consideraron que al haber superado la barrera de los 30 años era difícil de superar la medalla de plata que el mismo deportista había logrado en Londres 2012, él sabía que su camino en las pesas tenía algo más: «Es lo mejor que le puede pasar a un deportista de alto rendimiento, llegar a la cúspide de su carrera con una medalla de oro olímpica, es lograr el éxito total», afirmó el medallista de oro, quien también destacó que sus peticiones y requerimientos a los directivos del deporte nacional tienen un motivo: «Ellos han entendido que el Óscar Figueroa exigente, el cansón, es porque tiene una razón y esa razón es esta medalla de oro».
Figueroa destacó el papel de su entrenador Oswaldo Pinilla, a quien conoció en el ejercito nacional y hoy en día es el seleccionador de Colombia en este deporte que ya ha entregado grandes alegrías a todo el pueblo: «Pasamos mucho más tiempo con ellos que con la familia y eso es para valorarlo, y ojalá día a día Coldeportes y el Comité Olímpico Colombiano sigan dando lugar a los entrenadores, en especial a los colombianos, sigo insistiendo que se le debe dar ese punto a favor a los colombianos. Aclaro que no soy xenofóbico, pero en levantamiento de pesas los entrenadores del país son los dueños de todos los resultados obtenidos a través de la historia».
Sobre el futuro en el deporte y la posibilidad de que pueda hacer un nuevo ciclo olímpico rumbo a la próxima olimpiada fue muy sensato y dejó claras sus prioridades: «Lo de Tokio 2020 lo estoy pensando, voy a tomar un descanso activo de 2 años. Estoy en noveno semestre de Administración de Empresas, quiero terminar ahora mis estudios y posteriormente iniciaré la Maestría de Gestión Pública, porque pienso que el deporte necesita dirigentes deportivos de mi nivel, pero para eso hay que prepararse».
Con su experiencia y sus cuatro ediciones de juegos Olímpicos, el levantador de pesas destacó que en el futuro este deporte puede dar más y además hizo una petición para que se haga un trabajo desde este momento de cara a la siguiente cita olímpica: «No estamos lejos de ellos, de hecho hicimos participación histórica; una medalla de oro y ocho diplomas olímpicos, pero lo más importante es que fuimos los cuartos, eso nunca se había logrado. Lo importante es que sepan que el relevo generacional es muy importante. Y señores directivos del Comité Olímpico y Colderportes, les pido que enfoquemos esto desde ya, esos diplomas se pueden convertir en oros en 2020, pero iniciando la tarea desde ya, no a falta de un año. Y yo quiero estar como dirigente desde mi federación, pudo apartarles desde la parte administrativa y desde mi experiencia competitiva».
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Sobre el Centro de Alto Rendimiento que Figueroa espera que se haga en Cali y que mencionó como una de las cosas que le habían prometido y no se habían hecho, también hubo un pronunciamiento fuerte: «Tengo todo el conocimiento, sé cuáles son las debilidades y fortalezas, hay experiencia para asesorar. Esperamos que se aun realidad, falta la voluntad política para que este centro se logre hacer «.
Y el campeón se quedó sin palabras cuando se confirmó en la plataforma de levantamientos de Río de Janeiro que la medalla dorada era suya: «Es algo indescriptible, tantos años de carrera deportiva parece que pasaran en unos cuantos segundos, todas las dificultes y aspectos que no han sido fáciles están ahí, es difícil decirlo».
El momento más emotivo fue cuando Óscar se encontró con su hermano, el sargento del ejercito nacional Wilson Figueroa y en medio del aplauso de los presentes, un abrazo fuerte y unas palabras muy sentidas, fueron el centro de atención de todo el país que estaba pendiente de ellos por ser héroes de Colombia, cada uno en su labor.
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Pub/RM