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El “Cholismo” revivió a un derrotado Atlético de Madrid


«Papá ¿por qué somos del Atleti?». Atlético de Madrid iniciaba la temporada 2001/2002 con un desalentador spot. Un pequeño le preguntaba a su padre las razones para ser hincha de los «Colchoneros» y el silencio era la mejor respuesta para reflejar el difícil momento que vivían en aquel entonces.

Enfrentando su segunda temporada en la segunda división de España, un duro momento dirigencial por la intervención judicial que sufrieron en 1999/00 y que significó el embargo de las acciones de la sociedad anónima, y teniendo que retroceder cinco años para encontrar el último título en la liga española, era muy difícil que un niño se quisiera hacer fanático del cuadro capitaliano y más aún si su archirrival de la ciudad seguía siendo el mismo poderoso de siempre. 
Pero casi quince años después, las respuestas de aquel padre empezarían a llegar. El desalentador spot sirvió para que ese mismo año alcanzaran el ascenso a la máxima división del fútbol español y de ahí en más se vendría una época gloriosa. Aunque tomó un tiempo, el estigma de equipo derrotado y mediocre quedó en el pasado. 
El retorno a Primera no sería fácil y los Colchoneros siempre miraban la tabla desde la mitad. Lostítulos aún parecían lejanos, pero en 2007/08 darían el golpe y se clasificarían nuevamente a una fase clasificatoria a la Champions League. En ese entonces comenzarían a forjar su espíritu luchador, luego de remontar la derrota sufrida ante Schalke por 1 a 0 en el partido de ida e imponerse con un cómodo 4 a 0 en la vuelta jugada en el Vicente Calderón, logrando clasificar a la fase de grupos para el máximo torneo continental de 2008/09.

Ese antecedente sólo sería un prólogo de las páginas doradas que escribirían a la temporada siguiente, donde alcanzarían nuevamente la gloria europea y se coronarían campeones de la Europa League. Pero el estigma de derrotados seguía en el aire y muchos veían el título como un espejismo. Por eso, a sólo un año y medio de aquella conquista europea, en la mitad de la temporada 2011/2012, los Colchoneros volvían a lamentar malos resultados y de la mano de Gregorio Manzano, se encontraban a cuatro puntos de la zona de descenso. Las derrotas volvían a apoderarse de aquellos desesperanzados hinchas.

Sin embargo, a finales de 2011, la historia tendría un giro. La dirigencia de Atlético de Madrid tomó la decisión de destituir a Manzano y el 27 de diciembre de 2011 presentaron a Diego Simeone como su sustituto. Muchos se cuestionaron la decisión de contratar a un técnico que era reconocido como el anti tiki-taka. 
Pero el juego vistoso no era la característica que hacía relucir al «Cholo», sino que era precisamente lo que necesitaban los Colchoneros: un motivador para levantar el estigma de derrotados. A base de convencimiento, subir el autoestima de jugadores e hinchas, y un liderazgo a toda prueba, el trasandino fue levantando poco a poco a un equipo que parecía no encontrar un camino para éxito.

La mentalidad del Vicente Calderón iba mutando y la construcción de la mentalidad de ganadores se iba armando desde lo más bajo del armazón. Diego Simeone iba formando un verdadero ejército en la capital española y convencía a ajenos y propios de tomar por asalto un sitial que parecía no corresponderle. 

Frases como «no siempre ganan los buenos, ganan los que luchan», «en la vida, la capacidad es tan importante como la fidelidad», «los partidos no los ganan los que mejor juegan, sino los que están seguros de lo que hacen» o «hay que ir escalón a escalón (…) si queremos subir cuatro escalones, seguiremos cayendo», demostraban la filosofía del argentino.
La seguridad y el convencimiento se apoderaba de un plantel que había estado peleando el descenso antes de su llegada, pero que en sólo seis meses supo sacar la tarea adelante y terminó celebrando un nuevo título de Europa League. 
El » Cholismo» se instalaba en cada rincón del Vicente Calderón e imposible parecía una palabra extinta para un equipo que le cedía la posesión a sus rivales, pero que sabía atacarlos cuando más daño le podían hacer. Fue así, tal como señala una de las frases del técnico, como fueron escalón a escalón para no caer y alcanzaron algo que estaba perdido hace cuarenta años, una final de Champions League. Una final de la temporada 2013/2014 que terminaron perdiendo por 4 a 1 ante Real Madrid, pero que los devolvía al máximo sitial europeo. 

Un sitial al que ya parecen estar ascotumbrándose y que los vuelve a recibir dos años después de aquella final perdida contra sus archirrivales. Pese a que el rival se repite, el convencimiento de un equipo que parecía muerto es aún más fuerte que aquella final en Lisboa.
Diego Simeone puede ser odiado o amado, pero no deja a nadie indiferente y no por nada suma en su paso en Atlético de Madrid una Liga de España, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa  y la Europa League. El «Cholo» le dio respuestas a un padre que hace casi quince años no sabía como responderle a su hijo porque eran hinchas de un equipo derrotado. 

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