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La historia de Jamie Vardy podría ser llevada al cine hollywoodense, sin ningún problema.
El actual líder de goleo de la Premier League ha guiado al modesto Leicester a la cima del fútbol inglés.
El ariete inglés suma 18 dianas, que lo ubican en lo más alto de la tabla de romperredes, por encima de figuras como Sergio Agüero, Olivier Giroud y Diego Costa.
Es más, el fin de semana pasado, en la fecha 24 le marcó un doblete al Liverpool. Una de sus dianas sin ningún problema podría ganar el Premio Puskás al Mejor Gol del Año.
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Pero la historia de Vardy no siempre fue deslumbrante. Apenas hace cinco años militaba en el Stockbridge Park Steels, un club amateur de la séptima división ingles, y trabajaba en una fábrica de material médico.
El ahora seleccionado inglés fue despreciado a los 15 años por su primer equipo, el Sheffield Wednesday, que lo dejó ir por ser muy «bajito». Mide 1.78 centímetros, una altura menor para la mayoría de los delanteros ingleses.
Entonces pasó al Stocksbridge, donde subió algunas categorías, pero su mala conducta lo llevó a abandonar la institución. Fue expulsado cuatro ocasiones en una temporada.
En ese tiempo también tuvo problemas extracancha, como cuando se peleó en un club nocturno. Como consecuencia, una demanda judicial lo obligó a llevar un brazelete que contralaba su hora de llegada a casa a las 18:30 horas.
Después de pasar por algunas instituciones de divisiones inferiores llegó al Fleetwood Town de la tercera división, que lo vendió por 1.5 millones de dólares al Leicester, un récord en ese nivel.
Vardy fue vital para que «The Foxes» ascendieran de la Football League Championship a la Premier League en 2014. En la campaña pasada se salvaron del descenso y ahora son los protagonistas de la Liga.
«Es lo bueno del fútbol. Puedes llegar de muchas formas; yo lo hice a la mía y me salió bien», es una frase que suele repetir el máximo goleador de la Premier League.
