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La curiosa confesión del ‘Tino’ Asprilla sobre su contrato con Newcastle

Faustino ‘Tino’ Asprilla, exjugador que pasó por Cúcuta, Atlético Nacional, Parma, Palmeiras y Newcastle, fue el primer jugador colombiano que llegó a Italia en 1992, por la astronómica suma de 7.5 millones de dólares, en ese entonces un dineral.

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Detrás de él iban sus escándalos. Su llegada al Parma lo marcó con títulos, pero con escándalos: la transferencia estuvo manchada porque el porcentaje del jugador fue robado por el presidente en ese entonces de Atlético Nacional, pero el dinero después no le hizo falta, según contó en su momento al programa de Caracol Televisión ‘Se dice de mí’.

Hace poco, en el programa ‘Premier Plus’ de Directv Sports, el exdelantero de la Selección Colombia contó detalles hasta ahora desconocidos de su paso por el Newcastle de Inglaterra, donde estuvo cinco temporadas y tuvo una magnifica presentación en la entonces Liga de Campeones de la UEFA, donde le anotó una tripleta al Barcelona.

En el diálogo con Luis Fernando Restrepo, conductor de este programa que habla sobre los equipos ingleses, el Tino le contó hasta ahora un dato que no se conocía. El contrato que Faustino firmó cuando llegó a la Premier League incluía una clausula un poco curiosa y es que el jugador no se podía emborrachar tres días antes de un partido.

Aunque parezca ilógico, esta cláusula que al Tino le pareció curiosa y de hecho le preguntó en su momento a su representante Gustavo Mascardi que si era una broma, luego entendió cuando asistió a los primeros entrenamientos, donde según contó el colombiano, «varios compañeros llegaban con botellas de vodka para poder entrenar».

El jugador, que había tenido inconvenientes por sus escándalos en Italia, sabía que no podía hacer eso, de llegar tomado a entrenar o a jugar. «Mascardi me dijo que no podía emborracharme porque iba a tener problemas, pero yo solo caí en cuenta de eso cuando vi a varios jugadores llegar tomados o con botellas de trago a los entrenamientos», ahí se dio cuenta que esa experiencia iba a ser a otro nivel.

En su mejor momento, en 1993 y 1994, estuvo entre los mejores jugadores de Europa y alcanzó a ser nominádo para el Balón de Oro. Muchas cosas causaron que Faustino Asprilla no pudiera dar el paso definitivo: a pesar de los títulos, sus problemas y sus tres operaciones de meniscos hicieron de la suya una carrera en la que siempre quedará la duda de si pudo haber sido el mejor del mundo.

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Hoy se dedica a jugar amistosos con sus amigos, representar marcas deportivas y negocios personales, pero no deja de sorprender con sus declaraciones y conceptos, siempre sacándole una sonrisa a todos y sin guardarse nada de lo que opina.

 

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