Una jugada de no creer ocurrió en el fútbol inglés, después de que el árbitro no sancionara un clarísimo penal que cometieron.
El árbitro era Simon Hooper y dirigía el partido entre Bradford y el Sheffield United, de la League One de Inglaterra. En una de las acciones, el defensor del equipo local tiró como si fuera lucha libre al atacante Scougall, pero el central no cobró nada.
La jugada no influyó en el resultado, pero el árbitro quedará en la lista de las acciones más polémicas que no fueron decretadas como penal.
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