Durante un partido en la liga de Queensland, Australia, un jugador se bajó sus calzoncillos y alertó a los árbitros del presunto incidente en el que Anthony Watts le habría mordido el pene.
Tras el partido, el rugbista agredido se negó a hacer una denuncia. Sin embargo, parte del staff técnico del equipo llevaron a cabo las acciones judiciales.
Watts dio una rueda de prensa con su abogado para negar la acusación: «Niego absolutamente que haya mordido a ningún jugador. Ahora, si ha habido algún contacto a esa área particular del cuerpo de este caballero, lo lamento».
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