PUBLICIDAD
0 of 9
.@PoliciaColombia capturó a alias #LaDiabla señalada de conseguír y ocultar armas al #ClanÚsuga en Córdoba pic.twitter.com/R58NYQdldI
— Mindefensa Colombia (@mindefensa) 5 de junio de 2016
En la telenovela «El Capo», la «Perrys», la sicaria interpretada por María Adelaida Puerta, era famosa por su sangre fría y su lealtad a «Pedro León Jaramillo». Pero a la hora de hablar de mujeres en el narco, la ficción es mucho más edulcorada que la realidad.
Porque Yury Patricia Sánchez, alias «La Diabla», bien podría ocupar el puesto. La colombiana era una de las más temibles sicarias del Clan Úsuga, banda criminal que ha hecho de las suyas al norte del país cafetalero.
Las tres mujeres del narco más sanguinarias de la Historia
Ella alertaba a los sicarios del Clan Úsuga sobre los movimientos de la Policía, conseguía las armas y las escondía luego de que se realizaran los crímenes. Las autoridades la acusan de conocer la verdad de al menos catorce homicidios perpetrados por la banda.
Ahora bien, Sánchez no es la única mujer del narco que se ha hecho famosa por ser solo esposa trofeo y por su brutalidad.
Hubo otras que se consolidaron como cabezas de negocios y carteles de droga que han asolado a Latinoamérica por muchos años. Otras hicieron negocios directamente con ellos o mataban en su nombre, pero siempre con sevicia.
PUBLICIDAD
En los años 70, llenó de horror Miami. Aparecía gente descuartizada en maletas o sus pedazos regados por los Everglades. Enviaba orejas en sobres.
Se le atribuyen más de 250 asesinatos. Decían que ella misma iba a los entierros de algunas estas personas (que también costeaba) y mientras los cuerpos aparecían en los pantanos de la Florida, ella se relajaba en el salón de belleza.
Murió en su ley: en 2012, luego de ser deportada a Colombia, dos sicarios le dispararon en la cabeza mientras compraba en una carnicería de Medellín.
También colombiana. Fue sicaria de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el grupo paramilitar más sanguinario del país y que, por supuesto, traficaba con cocaína. Se relacionó con el fotógrafo estadounidense Jason Howe cuando él fue a investigar el conflicto colombiano. Eso fue en 2003.
Eliminaba a delatores y traidores. Mató alrededor de 23 personas en su corta carrera delictiva. Howe se asustó con ella cuando esta le contó que decapitó y desmembró a una mujer, algo común en los asesinatos de los «paras».
«Cuando maté a la primera persona fue muy difícil, porque esta me rogaba, me decía que tenía hijos. Pero si no matas, las AUC te matan. Ellos te dicen que luego de que matas a la segunda persona, ya puedes matar a las que sea», afirmó cuando Howe la entrevistó.
La mataron a pedradas y luego le dispararon. Tenía 25 años. Howe contó toda su historia en «The Independent».