El tatuaje es un elemento cultural. Otrora visto como expresión propia de grupos marginales, ahora se le ha dado un lugar privilegiado: es arte, es tradición y explica a varias sociedades.
Hay diversas técnicas e infinidad de diseños. Muchos son verdaderas obras de arte:
Pero hay técnicas que son más dolorosas que las de un tatuaje normal. Que lo diga Yann Brenyak, quien prácticamente remueve la piel, escarba y hace que la sangre humana, que queda en la carne viva, funja como tinta:
Pocos valientes se atreven a hacérselos:
«No hay límite para la modificación corporal», afirma el tatuador, que comenzó a experimentar consigo mismo, tal y como lo reporta la revista Vice.
Y en esta galería verán hasta dónde llegan. ¿Ustedes se harían algo así?