La británica Sandra Motón es obsesionada por tomar leche, en promedio bebe al día diez litros.
Cuando se despierta y no tiene el líquido, se levanta a altas horas de la madrugada y busca una tienda 24 horas para comprarlo. En ese momento de ansiedad ingiere por lo menos cuatro litros.
Lo curioso de esto es que su esposo le tiene fobia a la leche tanto que no soporta ni el olor. Por eso cuando ella quiere darle un beso tiene que limpiarse muy bien la boca.
Montón comentó que aunque la bebida es fuente nutritiva, la sube bastante de peso.
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