Del director de las películas taquilleras de terror La Novia (2017) y La Sirena (2018), llega a la pantalla grande este 19 de agosto una enigmática historia con acento ruso: Baba Yaga.
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El filme se basa en el demonio femenino de la mitología eslava que se lleva a los niños desobedientes y devora sus almas.
En esta versión rusa de “El coco”, la protagonista abandona la ficción para tomar vida en el cuerpo de una niñera con un historial de desapariciones en su curriculum. Así, Baba Yaga llega a un condominio familiar para cuidar a la bebé de una pareja de recién casados. Pronto, los pequeños comienzan a desvanecerse inexplicablemente, con el agravante de que nadie recuerda su existencia.
La legendaria bruja devoradora de niños se traslada de los oscuros y lúgubres bosques de la antigüedad, a una megalópolis rusa moderna, donde vive Egor (Oleg Chugunov), un niño de 12 años con una vida triste. Su madre ha fallecido y su padre se casa nuevamente con Yuliya (Maryana Spivak), con quien tiene una niña. El solitario e incomprendido Egor ama a su padre y a la bebé, pero no lleva la mejor relación con su madrastra.
Una serie de extraños eventos convierten la vida de Egor en una pesadilla: un sueño recurrente donde su madre muerta en el más allá le pide ayuda para regresar.
A esto se suma la repentina aparición de Tatyana (Svetlana Ustinova), la atractiva y siniestra niñera. Su llegada viene acompañada de visiones aterradoras que persiguen a Egor, y cuando las comenta con los adultos, no le creen. Asumen que son producto de su imaginación y que miente deliberadamente para llamar la atención. Egor tendrá que resolver el enigma de los niños perdidos, encarar al maternal demonio y sacar a los adultos del transe en el que están sumidos.
Baba Yaga, una historia de terror para conocer a la versión rusa de ‘El Coco’
Baba Yaga, la anciana devora niños de la mitología eslava: etimológicamente la palabra está compuesta por dos prefijos, Baba: Abuela o mujer mayor y Yaga: Bruja, horror o escalofrío. Ninfa o anciana malvada del bosque.
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En la mitología eslava, es un demonio femenino, anciano que habita en el bosque en la frontera entre la vida y la muerte. Solía secuestrar niños para devorar sus almas, enviando a traerlos a sus fieles sirvientes los Nav. Ellos los atraían a su guarida y sus padres los olvidaban, como si nunca hubieran existido.
Pero un niño, con un alma pura y brillante, logró derrotarla y encarcelarla en el mundo de los muertos. Sin embargo, la bruja no se rindió y buscó a alguien que pudiera ayudarla a regresar, alguien cuya alma pura se volviera oscura y pudiera cruzar las fronteras de ambos mundos.
Con el paso del tiempo el recuerdo de aquella bruja se instauró en los cuentos de hadas. La gente la llama Baba Yaga.