En este disco se siente, desde mi punto de vista, a un Zoé más maduro. Vienen con música más tranquila, aunque eso sí, mantienen ese sonido electro-rock que siempre los ha caracterizado…
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La verdad es que estoy muy de acuerdo con esa interpretación. A mí también me parece un álbum muy maduro, y con eso me refiero a que definitivamente se siente el peso y la experiencia de estas casi tres décadas de estar grabando discos. Y al igual que el resto de las producciones, queremos que los oyentes sientan a Zoé, pero al mismo tiempo, sepan que estamos experimentando y combinando nuestros sonidos con ritmos nuevos y diferentes.
Zoé es una banda experimental, muy libre y no nos ponemos reglas a la hora de crear, y cuando comenzamos a hacer una producción dejamos que las ideas fluyan y que nos vayan guiando. Así que, al empezar el proceso de un álbum no sabemos si en su totalidad va a ser muy tranquilo, caótico o con mucha energía. En ese sentido, yo veo a Sonidos de karmática resonancia como un álbum pacífico, cargado de curiosidad y directo a la hora de tocar temas existenciales. Inclusive, hay una canción que parece el diálogo entre un papá y un hijo, y aunque suena muy elemental, la conversación está cargada de preguntas muy humanas que desafortunadamente nunca van a tener respuesta. No les digo el nombre del tema para que ustedes mismos descubran este diálogo, y es que finalmente, nuestro objetivo es que escuchen este disco de principio a fin, sientan toda su narrativa y se sumerjan en la historia que planteamos.
¿Ese existencialismo de la producción tiene que ver con la pandemia?
Claro que sí. Este es un álbum en el que fuimos marcados por la pandemia, por el encierro que todos vivimos y por la incertidumbre del qué iba a pasar con la industria musical, y en realidad, con todo el mundo en general. Nos parece una traducción muy honesta de nuestros pensamientos, de nuestras ideas y de nuestra creatividad en el estudio mientras afuera todo seguía cayéndose a pedazos.
«Este es un disco lleno de paz que te despierta mucho la imaginación, que te puede acompañar en la casa, en el trabajo, en la carretera o simplemente haciendo ejercicio».
Rodrigo Guardiola
¿Sonidos de karmática resonancia lleva en su interior sentimientos nacidos durante la pandemia, pero ahora bien, su construcción también estuvo determinada por la misma?
Este disco fue dictado en tiempos por la pandemia, y es que todos los planes originales fueron destruidos. Después de habernos juntando a escuchar nuestras composiciones iniciales nos sentimos tan conectados y nos atraparon tanto, que decidimos grabar el disco en enero y en abril. Lo habíamos dividido en dos etapas por cuestiones de producción. En enero, como debía ser, grabamos la primera parte, pero la pandemia llegó y la segunda parte se quedó en veremos. Quiero contarles que algunos integrantes de la banda viven en otro continente, así que literalmente estamos separados en tiempos y espacios, y para rematar, el productor vivía en Londres. Estábamos en México, España y Londres con las fronteras cerradas.
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Estuvimos a punto de considerar el grabar a distancia, pero a nosotros no nos fluyó porque somos una banda que experimenta junta, así que decidimos esperar y en octubre, cuando todo comenzó a «normalizarse», hicimos esta segunda parte, aunque eso sí, en tiempo récord porque teníamos miedo de que las fronteras volvieran a cerrarse. Grabamos los últimos seis temas en dos semanas, con mucha energía, pero sobre todo, con una felicidad inexplicable por volver a estar juntos. En ese momento nuestra mentalidad ya había cambiado por lo vivido y fue entonces cuando la esencia del disco se transformó. Y bueno, ahora estamos pensando en el momento de ensayar y prepararlo para una gira.
Algo que ama un buen seguidor de Zoé son los títulos de sus discos porque son complejos, pero al mismo tiempo, enganchadores. En ese sentido, ¿cómo llegan al título de un álbum? y ¿por qué llamarle a este Sonidos de karmática resonancia?
León Larregui, nuestro cantante, es el maestro de las palabras. Es alguien que constantemente está recolectando palabras e ideas y se expresa muy bien a través de ellas. Y sin duda, una de sus grandes virtudes tiene que ver con la poesía musical que construye. A finales del 2019 llegó a nosotros con el tema del karma. La primera canción que trabajamos a manera de demo fue SKR, por un término en inglés que él leyó por estar buscando conceptos relacionados al karma: Sounds of Karmic Resonance. Y bueno, esta expresión literalmente resonó en nosotros y nos dio mucho material para crear. En conclusión, en Zoé hay mucha libertad hablando del juego de palabras, no nos importa su combinación, sino que sea sonoro, bonito, que tenga una libre interpretación y que se refiera al eje central de la producción.