Siendo niño recogía cebollas y melones desde bien entrada la mañana, sin que el sol hubiera lanzado sus primeros haces de luz. Y se iba de la plantación cuando el sol ya había extinguido sus últimos haces de luz con su padre, que era el encargado de llevar el sustento a la casa. Él, con ese ejemplo, creció. Después de las durísimas jornadas de trabajo a dormir, o a intentar hacerlo, en la plancha de cemento que usaba para conciliar el sueño.
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Desde esos tiempos, cuando los demás lo convidaron a jugar un picado, entraba a las canchas de tierra dando tres saltitos y pisando la cancha con el pie derecho. Se metía a pura gambeta y velocidad y así, poco a poco, en Juazeiro empezaron a hablar de sus virtudes que pronto lo conducirían a un modesto club, el Palmeiras de Salitre, donde empezó a ubicarse inicialmente como wing de raya, pero poco a poco lo fueron retrasando de posición.
Las voces sobre su talento llegaron a Bahía. Y en tiempos en los que hay que adquirir jugadores jóvenes y talentosos a bajo costo, el muchachito de Juazeiro era candidato ideal como para pensar en un buen negocio. La historia lo conduciría a ver por primera vez la titularidad en ese equipo por allá en el 2001: Bahía iba a enfrentar a Paraná y le anunciaron que desde el minuto 1 estaría presente. No perdió la oportunidad y se lució con un pasegol y un penal del que fue víctima en aquel triunfo 3-0.
Lo siguiente fue coronar Europa sin que de por medio existiera un tránsito temporal en algún grande de su país: se fue de Bahía a Sevilla; y de ahí a Barcelona, a Juventus y al PSG. Ganó de todo (43 títulos) y hoy en Sao Paulo, con 38 años, se colgó la medalla olímpica de oro con la selección Brasil.
Dani Alves es el futbolista más ganador de la historia y además de ir acumulando millas en torno a su propia leyenda, ratifica también que si hay un país diseñado para contar con laterales inimitables es Brasil, sin que importe el costado, si es izquierdo o derecho. Es un sello: hablar de Brasil es hablar de laterales: Nilton Santos, Djalma Santos, Carlos Alberto, Cafú, Roberto Carlos, Branco, Josimar, Nelinho… Hoy Lodi, Alex Sandro y Danilo andan por esa misma senda: la de darle distinción a un lugar en el fútbol que, de no ser por Dani Alves y sus predecesores, sería subvalorado.