Justamente hace un año arrancaba la escandalosa captura de un negociador de las Farc, por lo que sería una afrenta y conspiradora maniobra no solo de burla a los acuerdos de Santos, sino a la legislación internacional que persigue narcotraficantes, que quedara ahora libre. Sabíamos que era improbable que un tribunal diseñado y compuesto por simpatizantes fuera a dar la luz verde para la extradición y el reproche judicial por los delitos cometidos. Muchas fueron las advertencias, y muchas las componendas, trapisondas al Estado de Derecho, la legislación interna e internacional, para darle un manto infinito de impunidad a quienes durante medio siglo bañaron de sangre a Colombia.
PUBLICIDAD
En medio del proceso de paz de La Habana, se mostraba como una organización totalmente cínica, altanera y desafiante no solo con el establecimiento y sus instituciones, sino con todos los colombianos, sobre todo con aquellos que incautamente le apostaron a una “paz” mal negociada, en donde quedaba a un lado el estado de derecho, la institucionalidad de un país con vida republicana con mas de 200 años, y sobre todo en donde cogían de tapete nuestra constitución política. A todos esos incautos que seguramente ya despertaron del engaño que las Farc algún día se desmovilizaría, ¡bienvenidos! Una vez más …
En el informe del 4 de noviembre de 2012, quedaba claro como ellos mismos lo afirmaban: “en el hipotético caso que llegáramos a un acuerdo con el gobierno, las Farc-EP no estamos pensando en planos de reinserción o desmovilización como ellos lo pintan, allí lo que se dice es que nosotros definiríamos de acuerdo con nuestros intereses la forma que asumiría nuestra organización económica, política y social”. Así las cosas ellos tenían plenamente claro y fríamente calculado que la mesa de negociación era un escenario propicio para legalizar sus fortunas, lo cual se construyó por millones de muertes y sangre, narcotráfico, secuestros y el acaparamiento desbordado de miles de caletas producto de narcotráfico y minería ilegal.
Vienen días complejos para Colombia, pues queda un vacío institucional que en medio de todo algo servía, el desafío del presidente Duque de confeccionar una terna expedita, ilustrada, honorable y elegible, ¡será una tarea compleja! En medio de una Corte Suprema de Justicia con un expresidente de la corte judicializado y ad portas de terminar privado de la libertad como el magistrado Malo; es decir, toda una crisis de institucionalidad en la justicia que en lugar de superarse con los años, se viene es agudizando, los índices de impunidad crecen y los abusos del derecho y sus aberrantes desviaciones para darle todos los beneficios a la criminalidad, a la delincuencia organizada y al narcotráfico, parecen ir en aumento.
La perspectiva del gobierno Duque no se ve clara, pero sabemos que con acierto tomará las mejores decisiones, en donde prevalezcan las mejores relaciones con aliados tan importantes como los Estados Unidos. Presidente, usted tiene toda la potestad de enviar en extradición al bandido y narcotraficante, usted tiene la potestad y apoyo para tomar decisiones complejas pero acertadas, la credibilidad de Colombia y sus instituciones están en el limbo, la salida mas sabia en esta dura crisis es la extradición sin dilación alguna en el marco de las competencias de la Corte Suprema, de la mano de ello el necesario e infatigable llamado a todos los colombianos a una Asamblea Nacional Constituyente.
¡Colombia le apoya!