Cande era una niña de apenas 9 años, llena de curiosidad y miedos. Como tenía padres irresponsables y explotadores infantiles que la hicieron crecer en las calles vendiendo cosas, todas las noches después de ir a un colegio donde ella no aprendía absolutamente nada, aunque tratara, vivía acomplejada frente a las otras niñas y niños del colegio o del barrio. No le gustaba estar sola, pero no tenía elección. Era pésima estudiante, pobre, una niña fea y sin gracia.
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Una noche algo le llamó la atención. Esa noche Cande estaba en las calles de Barranquilla, en la calle 84, tratando de vender las cosas que sus padres le pedían que vendiera para pagar la vida. Se detuvo a ver la luna, el cielo azul; entonces vio que ella era grande, muy grande… Que era ¡gigante!, ese día fue uno de los más felices de su vida porque, aunque con frío y hambre ella podía ver que en el futuro no sería una niña invisible más en las calles y haría cosas para que “el mundo fuera mejor”. Seria actriz, escritora y haría todo lo que quisiera. Acto seguido, recibió un bofetón por estar “faroleando” y no vender nada. Y el reproche de “eres una mula, bruta, buena para nada “debes aprender a vender porque a leer, escribir y estudiar definitivamente no vas a poder. Palabras de su particular padre.
Al principio Cande tuvo miedo, pensó que su padre le haría daño. Él empezó a enseñarle como vender cosas, hablar en público y ser una niña simpática. Le hizo leer Og Magdino “El vendedor más grande del mundo” y la convirtió en una de esas niñas “encantadoras” que la gente quiere oír. Todo era libreteado porque ella en realidad no lograba aprender a leer y a escribir cuando estudiaba y nada se le quedaba en su cabeza. El colegio fue un infierno para ella, por años asistir al colegio era una pesadilla, entre matoneo y burlas por diferentes razones “El vendedor más grande del mundo” era algo que la tenía harta, pero funcionaba para ganar admiración entre los adultos a los que le vendía cosas y escuchar palabras bonitas que en su casa no escucharía.
Un día decidió escribir con dulzura todas las anécdotas de sus días en las calles y su paso por el colegio. Resultó ser la cosa más humillante de su vida, alguien robó sus textos y los leyó en público. Lo que pudieron leer la mayoría de cosas era arameo para sus pequeños y diabólicos abusadores compañeros, por suerte para ella.
Esa situación le llevó a conocer, por primera vez, el corazón de las personas en el mundo en donde vivía. Le enseñó todos los secretos sobre la impotencia y frustración frente a la humillación social con tan solo 9 años. Por ejemplo, entendió que los gigantes realmente no nacen, se hacen; que los pueden oír gracias a sus enormes frustraciones, que le permiten ser sensible a los mensajes de empatía, solidaridad y persistencia que le rodean… Que los gigantes pueden escuchar secretos de las personas, que los gigantes oyen sonidos que nadie puede escuchar.
Escuchan los pensamientos y son capaces de oír a los corazones hablar a los ojos. También que los gigantes se hacen invisibles con el tiempo gracias a la magia que habita en la capacidad de existir contra todo pronóstico. Cande no lograba aprender a leer y escribir, tampoco a memorizar más allá de unas horas las clases recibidas. Tenía todo tipo de malos tratos y hasta golpes en casa por no entender las clases y todo eso la llevó a comprender que en realidad era posible que nunca aprendiera a leer y escribir bien.
Sin embargo, ella era una gigante escritora y los libros de los gigantes están escritos con sueños, con los sueños que lee y que nunca abandona. Cande, ese día, negándose a ser la adulta de 9 años que su padre quería y su madre complacía dormía de cara a sus pesadillas, y empezaba un largo proceso de descubrimiento de su realidad.
Creció con complejo de bruta, pero disimulaba ese complejo para verse fuerte, se hizo una rebelde de toda injusticia como pudo. De hecho, se hizo activista y el activismo la llevo a comunicar, a escribir contra todo pronóstico y era tanto su pasión por los sueños que leía y escribía, y también las pesadillas que un día chateando conoció a alguien que le reveló que ella era una persona disléxica, esa era la razón de “sus letras dañadas”.
Arriesgarse a escribir contra doto pronóstico hizo que muchas personas conocieran su cabeza. Hoy escribe en diferentes plataformas virtuales y algunos medios de renombre, con ayuda técnica, gracias a arriesgarse a navegar, gracias a la internet supo que existía el feminismo, que había nacido feminista y no lo sabía, que su padre era un patriarca más, mata sueños como millones en el mundo.
“Los gigantes, se hacen cuando asumen riesgos contra todo pronóstico, de ninguna otra manera”, le dice la pequeña Cande, a la hoy gigante Cande, escribidora en busca de ser escritora, (escribidor, escribidora, nombre masculino y femenino despectivo, mal escritor, según la RAE).
Cande, una niña de nadie, para nada y por nada, hoy narra desde sus letras dañadas un Feminismo Artesanal para las nadie. Yo fui Cande, Así me llamaron de niña. ¿Tú quién fuiste? ¿Y, qué estás haciendo por ella?, yo trabajo a diario para que ninguna Cande, se quede sin emanciparse de su realidad injusta. Para que sin importar quienes seamos, todas las mujeres seamos putamente libres, contra todo pronóstico.
Colofón: La emancipación de la mujer, emancipación femenina, liberación femenina o liberación de la mujer es un concepto propio de la historiografía, la sociología, la antropología y otras ciencias sociales que hace referencia al proceso histórico por el cual las mujeres han reivindicado y conseguido, en numerosos casos, la igualdad legal, política, profesional, social, familiar y personal que desde que nacimos se nos había negado. Los estudios específicamente centrados en la mujer y nuestros derechos han recibido el nombre de: «estudios de género» (del anglosajón: «gender studies»).
Mas cortito: La emancipación femenina es la historia de cómo las mujeres se liberaron de una gran parte de la opresión que el patriarcado ejercía sobre ellas por su condición de mujeres.
¿Qué es exactamente eso del patriarcado? Simple: Es el predominio o mayor autoridad en opinión y en hecho del varón en una sociedad o grupo social.