Opinión

El paro indígena como petición de principio

“Si esta protesta se resuelve como las 18 anteriores, el país seguirá banalizando este recurso del Constituyente Primario. Se volverán a afectar personas, negocios, familias, pero no se resolverá nada en el fondo”: Julio Andrés Arévalo

Las falacias por Petición de Principio se comenten cuando quien pretende probar algo, asume que es verdad, antes de lograr demostrarlo. Consiente o inconsientemente.

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El pasado 10 de marzo, comunidades afiliadas al Consejo Regional Indígena del Cauca empezaron a caminar hacia cuatro puntos diferentes de la vía Panamericana, ruta nacional 25, en un paro indígena, bautizado por sus organizadores como Minga por la Defensa de la Vida, el Territorio, la Democracia, la Justicia y la Paz,

Desde el 25 de febrero, los medios dieron a conocer la decisión acerca de llevar a cabo la movilización y el posterior paro, que tiene por objeto exigir que se cumpla lo que se ha acordado con otros gobiernos nacionales, en jornadas de protesta anteriores. No se va a negociar nada nuevo. En esas van 19 días, de los 30 que programaron los indígenas, esperando por la única interlocución que han solicitado desde el comienzo: que el Presidente llegue a dialogar con ellos hasta la vereda El Pital, en el municipio de Caldono, en el departamento del Cauca.

Por parte del Gobierno, la Ministra del Interior se ha acercado más a los Medios de Comunicación que a los indígenas, al parecer para llevar recados: “que el paro es ilegal”, “que así no van a hablar con los indígenas”, “que para allá va el ESMAD”, “que el Presidente viajó”, “que ya llegó pero que está ocupado.”

Respecto a la muerte del patrullero Boris Benites y la cantidad creciente de heridos, poca diferencia hace que estén en un bando o el otro; son colombianos, de los más pobres, para más señas; esos que se ponen como carne de cañón en éste caso y siempre que haga falta. Un sentido pésame debe ofrecerse a Colombia en general y a su hogar en particular. Lo más increíble, es que para todos está claro que esto no ha acabado. Que al menos falta otro medio mes, en el que, sin lugar a dudas, aumentará el número de víctimas, que contarán entre indígenas, campesinos o policías de bajo rango. Mientras tanto, el que debería ir a poner el pecho a la brisa, para buscar soluciones a la situación, no quiere ir. Dice -y manda a decir- que no va hasta que se suspenda el bloqueo de la vía. Esa vía, la ruta 25, que fue bloqueada por lo indígenas, para poder hablar con el Presidente.

Esa es una Petición de Principio.

¿Cómo se resuelve? Atendiendo a los elementos que se conjugan para lograr posicionarla como un razonamiento correcto:

Lo primero que se debe buscar es la intención de resolver el problema, porque es en ese intento que se incurre en este error.

El Presidente, en la voz de sus emisarios, se ha dedicado a minimizar, eufemizar y descalificar la decisión de los indígenas. Quiso, en principio, disolverlo por la fuerza, pero se dio cuenta -o le contaron- que para mandar patear 16.000 indígenas se necesitaría un escuadrón del ESMAD de 4.000 policías, asumiendo que cada uno golpee a 4 ciudadanos desarmados: 1 varón adulto, 1 dama, 1 niño y 1 anciano (a).

El segundo momento en la solución de una Petición de Principio, es verificar la utilidad de las premisas, pues aunque resulten técnicamente válidas, no aportan en la solución.

Ubicar un tapón humano en una vía que conecta al puente de Rumichaca (Nariño) con Barranquilla (Atlántico), en un recorrido de 48.000 kilómetros, permite inferir, que lo que habitualmente se lleva de un lado al otro del punto bloqueado, dejará de pasar por el tiempo que dure la protesta. Si son personas, deberán ir a buscar otra ruta, otro medio de transporte, postergar o cancelar el viaje; si son insumos o mercaderías, no habrá abastecimiento por un tiempo; pero si son productos perecederos, se venden en otro lado, se regalan o después de un tiempo, se van a dañar.

Argumentar que el bloqueo debe levantarse porque habrá desabastecimiento, es reconocer el sentido del paro como la razón para cancelarlo.

La tercera consideración es que toda Petición de Principio es un argumento circular, pero la complejidad del lenguaje utilizado, opaca los términos y no deja ver el círculo.

Es bueno revisar otra formulación de la falacia en estudio:

Premisa 1: No se negocia con quien asume una vía de hecho.

Premisa 2: El bloqueo de los indígenas en la vía Panamericana es una vía de hecho.

Conclusión: No se negocia con los indígenas mientras bloqueen la vía Panamericana.

Dos detalles:

Una vía de hecho, según el derecho administrativo colombiano, se configura “cuando se hace valer una pretensión o un derecho por propia mano o cuando la persona obra en ejercicio de un pretendido derecho que realmente no tiene, o cuando en ejercicio de un derecho que realmente tiene obra con ausencia total del procedimiento legal o aplicable distinto al señalado por la ley, es decir, es la arbitrariedad lo que queda escuetamente a la observación.” Ahora bien, ¿qué ley se quebranta al tomarse una carretera? Ninguna. Se puede decir que se violan los derechos fundamentales al trabajo o a la libre circulación; que los que están a lado y lado del bloqueo son víctimas de secuestro o daño, que sí están en el código penal, donde también está el tomar un vehículo: “el que mediante violencia, amenazas o maniobras engañosas, se apodere de nave, aeronave, o de cualquier otro medio de transporte colectivo, o altere su itinerario, o ejerza su control, incurrirá, por esa sola conducta, en prisión de ciento sesenta (160) a doscientos setenta (270) meses y multa de mil trescientos treinta y tres punto treinta y tres (1333.33) a cuatro mil quinientos (4.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.” termina el artículo 173 aclarando que “la pena se aumentará de la mitad a las tres cuartas partes, cuando no se permita la salida de los pasajeros en la primera oportunidad.”

El otro asunto parece más un problema de lenguaje: hay unos indígenas, colombianos, por cierto, como los demás colombianos, que también somos indígenas, que están perjudicando caprichosamente a los demás. Los nariñenses, especialmente, resultan gravemente perjudicados por esta condición y, en protesta, se despachan contra “esos indígenas”. ¿De dónde salen estos pura-sangre? ¿No repetimos como jaculatoria que todos los colombianos somos blancos, negros e indígenas? Un negocio malogrado, una cita incumplida no puede ser la piedra de toque para sacar el acumulado histórico de discriminación con que han subordinado esta tierra, en contra de los propios. O no debería. El gobernador de Nariño parece haber entendido esta situación y está tratando de hacer que el gobierno central (de centralismo) lo entienda. Hasta ahora no ha podido.

El cuarto elemento a tener en cuenta para resolver una Petición de Principio, es tener en cuenta que, por la manera y el lenguaje en que está compuesta, personas muy inteligentes se pueden ver afectadas por esta falacia. Otras también.

Por último, la Petición de Principio se fundamenta en el principio de inducción, según este principio, se puede confiar en la repetición histórica como guía para las decisiones en el futuro. La pregunta es si el contexto seguirá comportándose con regularidad. Ahora bien, ¿cómo asegurar que el futuro futuro seguirá el curso del futuro pasado? Si esta protesta se resuelve como las 18 anteriores, el país seguirá banalizando este recurso del Constituyente Primario. Se volverán a afectar personas, negocios, familias, pero no se resolverá nada en el fondo, se seguirán firmando acuerdos de humo, que no se van a cumplir o que no se pueden cumplir. Todo por

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Por: Julio Andrés Arévalo / Docente

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