Tres semanas y algo más lleva la minga indígena que afecta al sur del país, protestan en primer lugar porque necesitan 50 mil hectáreas mas de tierra, quieren mas recursos para sus resguardos y porque están en desacuerdo con las objeciones parciales a la ley estatutaria de la JEP, las cuales el presidente Iván Duque planteó sesudamente con el ánimo de reivindicar los derechos de las víctimas de las Farc y el narcoterrorismo, al fin de cuentas estas dos ultimas vienen siendo lo mismo. Históricamente los indígenas se han victimizado injustamente, cuando han sido una población atendida y protegida por toda la institucionalidad.
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Ha sido una constante de todos los gobiernos tener que lidiar con las comunidades indígenas, sector al cual desde luego habrá que proteger, y eso hace la legislación y las instituciones, pero habrá que destacar sin lugar a dudas que toda la discriminación inversa que ha recibido esta población ha sido el abrebocas a una cantidad de ventajas abusivas en contra de los intereses superiores del Estado, el interés publico de la comunidad en general, esto sin mencionar que detrás de todo el bloqueo al principal corredor de transporte terrestre entre Colombia, Ecuador y el sur del continente, las pérdidas por supuesto son millonarias y el presidente Duque tendrá que mantenerse imperturbable ante este acto de sabotaje primario al cual llaman Minga.
A la fecha no se sabe qué ha pasado con cerca de un billón de pesos que han recibido los indígenas por cuenta del erario publico, ¿a dónde fueron a parar? ¿en que se invirtieron? ¿quién o quiénes los ejecutaron? ¿quién responde? Mientras esto sucede, el país sigue en crisis por cuenta de los mingueros, los cuales de marras han sido fieles aliados de las Farc, de las vías de hecho, de la violencia, y de la siembra sistemática de cultivos ilícitos, ¿no bastaron las 250 mil hectáreas de coca que no se han podido fumigar? Quieren hoy 50 mil mas, y no contentos con ello pretenden que las partidas presupuestales aumenten a 3.6 billones.
La legalidad debe imperar, y si las vías de hecho continúan el ejecutivo tendrá que usar la fuerza legitima del estado, para garantizar la movilidad y locomoción de los ciudadanos, el interés superior y la seguridad pública. Presidente Duque: que no le tiemble la mano, recuperar la Panamericana y el imperio de la legalidad y el rechazo a las vías de hecho fueron lema de su campaña, Colombia le apoya; no es justo que todo este caos se produzca por cuenta de un gobierno de dipsómanos irresponsables, que les pareció simpático feriar el 40% del departamento del Cauca, recursos y cuanta prebenda existiere, para congratular un Nobel de papel.
El paradigma que debe tener su gobierno presidente Duque, es recuperar de inmediato las vías y el departamento del Cauca, utilice las herramientas constitucionales que tiene a disposición, como lo es los estados de excepción; ya el desabastecimiento no da tregua, los daños a la infraestructura vial son inauditos y las pérdidas humanas son lamentables, también se hace un llamado a la Fiscalía General de la Nación, a la Corte Suprema de Justicia y a organismos de control disciplinario, no es posible que mientras esa muchedumbre de desadaptados desbaratan el sur del país, decenas de congresistas se congracien con los organizadores de este absurdo caos, hoy es una carretera, y la vida de unos miembros de la fuerza publica, ¿mañana qué será?