La lección de periodismo de Christian Martin

Calculo que mide un metro con noventa, pesa unos 120 kilos, casi no se le ve el cuello y es una mole. Jugó rugby profesional para varios equipos de Inglaterra y Francia, y vistió la mítica camiseta de los Pumas en su natal Argentina. Desde 1995 vive en el Reino Unido, habla perfecto inglés, siguiendo el legado de Osvaldo Ardiles, como un argentino de pura cepa que asumió y se nutrió del estilo de vida inglés. Es periodista de Fox Sports y es un ejemplo de lo que es el auténtico buen reportero. Un periodista puro que cumple a cabalidad la razón de ser de esta bella profesión.

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El pasado 21 de enero el pequeño avión que transportaba al jugador argentino Emiliano Sala se perdió en el canal de la Mancha. Desde ese instante empezó un capítulo de incertidumbre y dolor para sus familiares y todo aquel que se identificó con la historia de un joven futbolista que tenía todo para cumplir sus sueños, tras triunfar en el Nantes francés y fichar para el Cardiff galés.

Christian Martin asumió esta historia como propia. Durante 19 días fue el periodista que movió los cimientos de esta tragedia desde todos los frentes. Armado principalmente de su celular y de una buena ropa de invierno para combatir los gélidos vientos que soplan en esa zona plagada de islotes faltos de vida humana, pero llenos de un incesante oleaje, este periodista fue quien contó el minuto a minuto de la historia de Sala.

Gracias a él, la búsqueda, que paró de manera temprana por parte de las autoridades británicas, se reactivó gracias a donaciones privadas que lideraron futbolistas de todo el orbe, entre ellos Lionel Messi. También se sumaron corazones bondadosos en varias partes del planeta. Gracias a lo que Martin registraba y contaba desde sus redes sociales (@askomartin) el mundo entendió que había que seguir juntando esfuerzos para no perder la esperanza de hallar a Sala y al piloto que lo acompañaba.

Y sí, esta historia no terminó con un final feliz, el avión fue encontrado y dentro de él estaba el cuerpo del futbolista argentino y aún no aparece el del piloto.  

Pero más allá de esto, estuvo Christian Martin para contar lo que estaba ocurriendo. En los puertos del lado inglés, en la orilla francesa, en los barcos, en aviones, en tierras desde inhóspitos islotes, desde todos los frentes, ahí estaba el periodista contando la historia.

Y lo más valioso de todo fue el cómo lo hizo. Martin apeló a la cautela, a lo justo, al respeto, dejó de lado testimonios innecesarios, no especuló, se apartó de la tragedia dentro de la tragedia para buscar la noticia. Iba al punto con su estilo mesurado y claro, pero que siempre denotó prudencia y calma. Sin alardear de nada, apegado a una humildad que siempre generó credibilidad, hizo su trabajo. El dato preciso y contar lo real, sin exageraciones, sin necesidad de dar más de lo que realmente estaba ocurriendo. Respetó siempre el dolor de los familiares y estuvo en la orilla de la sensatez sin omitir el factor informativo.

Christian Martin se armó de respeto, prudencia, cautela y precisión como sus “armas” para hacer una reportería noble y sensata de una historia que fácilmente otros (como suele suceder) hubieran convertido en “pornomiseria”.

 

Hoy, que en nuestro país estamos celebrando el Día del Periodista, veo cada vez más que nos falta mucho para informar sobre nuestras tragedias. Nos interesan más los likes, el rating, ser los dueños de verdades que no nos corresponden. El respeto quedó de lado y lo sesga de tajo el ansia de informar por informar, de preguntar por preguntar, de explotar el dolor de las víctimas o de sus familiares, de buscar lados que no vienen al caso…

Mi respeto y admiración por Christian Martin, toda una lección de periodismo, todo un reportero, la esencia de esta profesión.

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