Esta semana se superó uno de los más sensibles obstáculos, seguir aumentando la base gravable de IVA de algunos productos, los cuales no son muchos, que aún son excluidos de este gravamen. ¡Enhorabuena para el presidente Duque que recibió el Estado colombiano como si hubiese sido administrado por un dipsómano empedernido y dilapidador consumado! Ya sabemos que gran parte del desfinanciamiento tiene mucho, o mejor todo que ver con las gabelas otorgadas a quienes durante décadas se han postrado a acabar la institucionalidad, la honra, vida y bienes de los colombianos. La última de estos personajes: sacada de estadio mandando cartas que si extraditan a un compinche narco, mandan al traste los acuerdos.
PUBLICIDAD
A estas expresiones nadie se sonroja ni siquiera de la risa, de ver cómo unos sujetos condicionan al estado colombiano en pleno para que se reserve la extradición de Santrich so pena de mandar los acuerdos al garete, sin reproches de tanto pacifista y entusiasta del Nobel, e incautos engañados por la multinacional de la coca. Cuánta burla al Estado, al pueblo que creyó en ese acuerdo; es decir, se tiraron los billones de la vida, de la educación, de la salud, de la infraestructura, de la niñez, de la alimentación y de la seguridad en majaderías, y para rematar un hueco fiscal que parece imposible de tapar con un Estado lento y sin agilidad, propio del clientelismo, la corrupción.
Los cambios más atractivos para un Estado moderno, como son las ideas del presidente Duque, no se pueden lograr solo con buenas intenciones. A veces somos los colombianos muy merecidos, irresponsables y desagradecidos; lo menciono por el hecho de pretender ciertas corrientes que el presidente Duque cambie el rumbo que traía el país en tan solo 100 días, cuando el Nobel de la mentira duró 96 meses desbaratando el país. O acaso se nos va a olvidar el fast track, el paseo habanero en catamarán, el regalo de Isagén, la persecución a sus detractores, las cortinas de 300 millones, los periplos con dos aviones por todo el mundo hablando de la paz duradera…
La genialidad del colombiano no tiene límite, y por ello se apela a las tecnologías y a la innovación como una arista importante para la recuperación económica. Es que debemos reconocer que el mayor empleador en Colombia lamentablemente es el Estado, y es esa una impronta negativa que precisamente todos debemos cambiar, estamos seguros que si nos llama más la unidad que la división, más la solidaridad que el egoísmo, lo lograremos; el Presidente Duque hizo una gran plataforma con ejes temáticos indispensables para el país, que en resultas sólo benefician al ciudadano de a pie, como lo es la reforma a la justicia, una reforma que ha sido difícil de estructurar y validar al interior de las corporaciones que administran justicia..
Presidente Duque, tiene usted en esta oportunidad la más grande de lograr la unidad y sacar esas reformas adelante, no solo la de la justicia sino también la política, en donde logremos un órgano que produzca leyes mucho más consiente de nuestra realidad, mucho más conectado con el ciudadano y mucho más honorable. Una reforma a nuestros símbolos en donde se respete lo más mínimo y donde el respeto por el derecho ajeno sea una constante; como sabemos que esas reformas son complejas y difíciles de sacar adelante, sería muy menesteroso preguntarle a los colombianos en estas elecciones regionales si quieren una constituyente, mecanismo propio y expedito para ello. ¡Yo digo sí!