Conectar el cerebro antes que la lengua

En menos de ocho días hemos visto tres ejemplos claros de lo que las abuelas tanto aconsejaban no hacer. Hemos visto las consecuencias de no aplicar lo que en los hogares decentes tanto nos dijeron y, en muchos casos y sin generar traumatismos, aprendimos a punta de correa o chancla. La falta de prudencia, amigos lectores, la falta de prudencia en los procesos comunicativos, algo que genera dolores de cabeza innecesarios…

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Caso uno

El director técnico de Atlético Nacional, Jorge Almirón, sale a atender a los medios de comunicación en la sede deportiva del club en Guarne. El equipo aún no convence en su juego, ha perdido este año dos finales en casa, en el actual torneo perdió de local de nuevo contra Tolima, le ganó de visitante a Santa Fe y empató sin goles, en una noche de silbidos de un sector de sus hinchas, ante Patriotas.

Ad portas de encarar los octavos de final de la Libertadores ante Atlético Tucumán, Almirón, que ya en un par de ocasiones salió a hablar de los arbitrajes, se fue lanza en ristre contra la Dimayor, cuestionó a la entidad por el calendario de partidos y señaló que el mismo favorecía a Millonarios, rival de Atlético Nacional el próximo domingo. Soy hincha de Nacional y no es del ADN del club ni de su hinchada quejarse. No es del estilo de Nacional estar buscando excusas en los árbitros, la Dimayor y menos en rivales históricos. Al contrario, son los otros quienes siempre buscan la queja ante el equipo verdolaga.

No, profesor Almirón, siempre hemos tenido calendarios apretados, la Dimayor es el mar del desorden, pero las cosas se asumen y se aguantan con estoicismo y pundonor. La queja no es el camino, sobraba ese debate público, no era necesario caldear el ambiente entre dos hinchadas rivales. El comentario no fue asertivo, no aportó, antes quitó. No es el estilo de Atlético Nacional.

Caso dos

Sigo en redes a Faustino Asprilla y su estilo de humor con desparpajo y autenticidad es bueno, agrada y es muy él. Hay chispa y no deja de ser un personaje que se ríe de la vida misma y de sus situaciones. Válido por demás. Pero hay límites, el ‘todo vale’ no puede seguir siendo la consigna de muchas de nuestras actuaciones en este país.

A raíz de la captura de la ‘Madame’ de Cartagena, el ‘Tino’ en un video en sus redes dijo: “En realidad, de corazón, quiero que la suelten, por favor, estamos huérfanos”. Piensen un poquito, las desempleadas de la ‘Madame’: 400 niñas. Eso es mucha gallada”. Querido ‘Tino’, no fue chistoso. Es un tema con menores de edad, es un tema de esclavitud sexual y de todo tipo. No ha lugar para el chiste sobre este tema.

Caso tres

Antes debo aclarar que NO soy uribista y NO soy antiuribista. Ambos bandos me parecen igual de fanáticos, agresivos, violentos y peligrosos. Ernesto Macías. Todos lo vimos. Más allá de si las cifras que dijo sobre el gobierno de Santos (aclaro, me importa un carajo Santos, es un zorro total del oscuro mundo politiquero) sean ciertas o no, más allá de si esta Colombia que él describió en su discurso sea la “cloaca” que dijo que somos y que navegamos en un “mar de estiércol”, creo que no era el escenario, la manera ni el momento para ese mensaje.

Como colombiano me sentí apenado. Era una posesión presidencial, era ese momento de sentir que llega algo nuevo y que podemos tener esperanza. Y más allá de hacerlo en un escenario que veía el mundo entero (más penoso aún), el tono revanchista ‘pasa factura’ no era el indicado. Aportó más división, polarización y le puso más carbón a ese odio que nos tiene tan jodidos.

Tres ejemplos que denotan que en la vida es de sabios conectar antes el cerebro que la lengua.

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