Opinión

‘Polilla’ y Colombia

Cuando pisó el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón por primera vez en 1989 venía con una hoja de ruta envidiable: de aparecer como una gran promesa en las filas del Defensor Sporting se fue a España, como bien dictan los cánones en el momento que un charrúa la rompe. Allá en el Valladolid, un equipo chico que piensa más en no perder la categoría que en ganar títulos, se volvió ídolo porque marcaba muchos goles, tantos que pudo ser Pichichi, el máximo galardón que se le otorga al hombre capaz de hacer mayor cantidad de anotaciones a lo largo de un campeonato.

Logró 17, que en el Valladolid es como hacer 40. Atlético Madrid y River Plate fueron sus siguientes estaciones y allá dejó su sello goleador también. Entonces vino al América de Cali y la siguió rompiendo como pocos. Era capaz de lanzar obuses imparables o darse vuelta para, como en 1991, vencer el arco de José María Pazo con una chilena magnífica, de esas que permanecen en el recuerdo.

Volvió a pisar tierras caleñas 30 años después, en el 2019: su misión era sacar al club rojo del atolladero en el que se encontraba por cuenta del descenso y ‘Polilla’ cumplió con creces. Es cuestión de revisar la tabla de los promedios, que hoy ya no parece atacar tanto al América, habida cuenta de la sumatoria permanente de puntos con el uruguayo que los condujo a semifinales –fueron eliminados por Millonarios– y que, luego de muchos momentos de ostracismo, les devolvió a sus hinchas el sueño de volver a ganar títulos.

‘Polilla’ se fue el sábado tras caer en Pasto 2-0 y encontrar que sus jugadores ya no tenían capacidad de reacción suficiente. Y acá es donde la mente lleva a pensar si de verdad ‘Polilla’ es el verdadero responsable de la situación actual. Diría que no, que los futbolistas que hacen parte de la plantilla tendrían que revisar sus propias actuaciones y hacer el mea culpa correspondiente.

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A no enloquecernos con el triunfo frente a Francia. Hoy Colombia tiene su segunda salida correspondiente a la fecha FIFA de amistosos y su rival será Australia que, clasificado a la Copa del Mundo, vio cómo Noruega le empacaba cuatro ‘pepazos’ en medio de la incredulidad. Australia no es tan malo y Colombia, que lo hizo bien en el segundo tiempo ante los galos, tendrá que corregir lo que no se pudo hacer bien en el primero, es decir, hay que reforzar los laterales. Uribe fue clave en esa misión ante los galos, pero dio la impresión de que Arias perdió siempre con Digné y Lemar en cada mano a mano. También saber tener mejor la pelota.

Jugadores con clase tenemos y nos sobran, pero el asedio francés se debió en muchas oportunidades a eso: a que hasta los más experimentados parecía que el balón se lo querían sacar de encima, lo que generaba la pronta recuperación de los de Didier Deschamps en el medio. Son puntos a observar ante los australianos. Es tiempo de seguir ajustando piezas del reloj. Por suerte, Pékerman es un maravilloso relojero.

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