¿País de Narcos?

Luego de la visita del Santo Padre a Colombia quedan varias reflexiones y mensajes profundos a toda la sociedad, inclusive la clara idea de que no puede existir reconciliación si no existen postulados de justicia en una sociedad; pero al tiempo que ello sucedía, pasaban serios asuntos que repercuten no solo en la agenda política al interior de Colombia, sino también en la agenda internacional.

Lo que mas llamó la atención es que alterno a la visita de Francisco a Medellín, un insolente, atrevido, mal informado e intencionado artículo del diario el Mundo en España, titulaba: “Francisco, en la Patria de los narcos”, desde luego un título totalmente aberrante para la dignidad del pueblo colombiano, ¿pero cuáles son sus alcances y contexto?

El artículo escrito por José Manuel Vidal, lleno de afirmaciones absurdas y distorsionadas, en donde pone a la par a Pablo Escobar con el papa Francisco, afirma que Escobar era casi un santo para los colombianos, asunto que no es cierto; valdría la pena mencionarle al señor Vidal que la guerra contra el narcoterrorismo del Estado colombiano no solo costo millones de vidas de inocentes, entre los que se destacan policías, mujeres y niños, un bus bomba a la sede de la jefatura del ente institucional de inteligencia de Colombia, el derribamiento de un avión comercial de Avianca con una maleta cargada de explosivos y una cadena interminable de carros bomba en la mayoría de ciudades de Colombia.

Vidal, en su disentería verbal, afirma que Francisco vino a Colombia a dejar en primer lugar una semilla de reconciliación en “la patria del uribismo y de los que siguiendo al expresidente, apostaron por los paramilitares como mal menor frente a las guerrillas”. Qué bueno decirle a Vidal, en primer lugar, que ni Uribe ni ningún seguidor de sus ideas le apostó al paramilitarismo, por el contrario fue el mismo gobierno de Uribe Vélez el que decidió, como llama él “mal menor”, extraditar a los máximos cabecillas del paramilitarismo a los Estados Unidos, en donde están pagando penas severas, sin ningún tipo de rebaja o amnistía a los delitos que cometieron, con la constante cooperación de los procesos que aún cursan en la justicia de Colombia.

Sería bueno mencionarle a Vidal que si por las Convivir se trata, fue el gobierno de Ernesto Samper el que firmó el decreto que permitió la conformación de las mismas, y que si su afirmación insana de llamar a Colombia “patria de narcos” en algo tiene razón, pues sería bueno que su retórica irracional la nutriera con la realidad que afronta Colombia: que desde los diálogos de paz entre el gobierno Santos y las Farc aumentaron los narcocultivos a 180 mil hectáreas, creando serios apuros a Colombia con Estados Unidos, estando cerca la descertificación del país por este aspecto; que examinara también el grave hecho de colados en los listados de las Farc, en donde hay cerca de 30 capos extraditables y jefes de oficinas de sicarios.

Qué bueno también sería que Vidal fundara sus afirmaciones, por ejemplo, con la carta que la Embajada de los Estados Unidos en Colombia en la que manifiesta su desacuerdo con la decisión de la Corte Suprema de Justicia al dejar en libertad a un miembro de las Farc, procesado por narcotráfico y secuestro, solicitado en extradición por la Corte Federal del Distrito sur de Nueva York; o por qué no que documentara en el diario para el que escribe cómo alias “Cadete”, miembro de las Farc, luego del mega concierto en Bogotá que ofrecieron las Farc desarmó a su esquema de seguridad oficial, les indicó que “les perdonaba la vida” y regresó a la vida delictiva.

Señor Vidal, lea más y con más objetividad.

Por Guillermo Rodríguez / @guillorodrig

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