¡Nueva Independencia!

La histórica independencia de la República de Colombia no se constituyó por una sola batalla, fueron para entonces un total de seis: la de Cúcuta, del 28 de febrero de 1813; la batalla de Cartagena, de agosto de 1815; la de Gámeza, del 24 de julio de 1819; la conocida del pantano de Vargas, del 25 de julio de 1819; la de Boyacá, del 7 de agosto de 1819, y la batalla de Ibarra, del 17 de julio de 1823. Desde luego, la de 1819 fue la que abrió el paso al Congreso de Angostura y al nacimiento de la República de Colombia; en el próximo 2019 se cumplirá el Bicentenario del proceso histórico que independizó a Colombia de la corona española, proceso que inició por Antonio Nariño y Álvarez.

La perspectiva de Colombia a escasos dos años de celebrarse el Bicentenario de la independencia deberá ser liberarse de los peores males que afectan nuestra sociedad, la corrupción, la violencia, la falta de identidad política y la influencia nociva de regímenes corruptos, autoritarios, que tanto daño le han hecho a la región y en especial a Colombia, como lo es el de Venezuela. También el paradigma será lograr implementar en el ascendente colectivo la cultura de la legalidad y la legitimidad de la autoridad en contra del todo vale, la corrupción, el capricho, el caos institucional y la anarquía, tal como lo ha logrado establecer el actual Gobierno, hoy nadie acepta ninguna autoridad ni cree en nada.

La influencia del régimen venezolano, que fue garante de la negociación en La Habana entre el Gobierno y las Farc, es muestra fehaciente de la falta de coherencia y rigidez en las respuestas de un Gobierno frente a las necesidades de una sociedad que quiere salir adelante; no hay diferencia alguna entre el llamado de atención a la Corte Suprema de Justicia colombiana, al jefe de Estado y al fiscal general de la Nación de parte del Gobierno de Estados Unidos por haber dejado en libertad de oficio a un ciudadano colombiano cabecilla de las Farc, solicitado en extradición por ese país, y la confiscación de 500 millones de dólares al vicepresidente de Venezuela.

No hay diferencia alguna, ambas son manifestaciones de corrupción y desviación de poder, por algo el Gobierno Trump hizo ese fuerte y merecido llamado de atención a la institucionalidad de Colombia; la crisis de Venezuela empezó con una deuda externa pavorosa que en pocos años se multiplicó; en 2005 la deuda externa colombiana estaba cercana a los 38.500 millones de dólares, lo que representaba no mas del 20% del PIB de Colombia; de 2005 a 2010, años en los que gobernó Álvaro Uribe, la deuda solo aumentó 20.000 millones de dólares y para la salida del Gobierno de la seguridad democrática, solo representaba el 22,6% del PIB.

El paradigma de Colombia a escasos nueve meses de celebrarse elecciones de Presidencia y Congreso, es buscar una nueva independencia, lejos de la influencia del régimen de Nicolás Maduro y las Farc, lejos de la corruptela y de tanta porquería que nos tienen atormentados, no es justo para Colombia y sus finanzas que este Gobierno entregue una deuda externa cercana a los 122.000 millones de dólares, lo cual representa cerca del 40% del PIB, asunto que debería escandalizarnos y encender las alarmas, pues cerca del 90% de esa deuda corresponde a créditos con vencimiento no mayor a un año. Ojalá para 2019, fecha del Bicentenario, celebremos una nueva independencia.

Por: Guillermo Rodríguez / @guillorodrig

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