El papa Francisco recibió en el Vaticano a Iván Duque, a quien animó a trabajar por la concordia y la unidad de su país.
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Y a ser «las manos» que solucionen «la veta tan dura» que dejó el conflicto.
El pontífice, hizo esta recomendación durante el tradicional intercambio de regalos.
Allí le entregó a Duque un medallón que representa un árbol de olivo «con dos ramas que van uniendo lo que está separado», según explicó.
«Deseo que sus dos manos sean como estas dos ramas, que unan Colombia y solucionen esta veta tan dura que fueron los cincuenta años…», indicó Francisco, en referencia al conflicto armado.
El papa se puso unas gafas para leer la inscripción del medallón y reiteró: «Buscar lo que une y superar lo que divide».
A lo que Duque respondió: «Este es el mensaje que siempre he tratado de transmitir, concretamente que se busque lo que une y no lo que nos divide, significa mucho para mi», afirmó.
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A lo que Francisco apuntó: «Por eso lo elegí».
El mandatario colombiano fue recibido por el pontífice en el Palacio Apostólico a las 10.02 locales (8.02 GMT).
Y a su llegada le agradeció por la acogida: «Santo Padre, un honor saludarle, gracias por recibirme», dijo Duque, en la Sala del Tronetto.
Después pasaron a la Biblioteca, donde tuvo lugar el encuentro privado, de 28 minutos, hasta las 12.30 locales (8.30 GMT).
Antes de comenzar el encuentro a puerta cerrada, sentado ante el papa, Duque recordó su visita a Colombia en septiembre de 2017.
«Todos los colombianos disfrutamos mucho de su visita, de sus mensajes de unidad y de alegría para todo el país. Mi admiración y gratitud para usted», rememoró el mandatario.
A lo que Francisco respondió: «Soy un hombre».
Tras la reunión privada se procedió al intercambio de regalos: el papa, además del mencionado medallón, le entregó los cuatro escritos de su pontificado y su Mensaje para la Paz.
Duque obsequió al pontífice con un cuadro con una dedicatoria del futbolista James Rodríguez -«Con cariño, James» y el número 10-, realizado por la fundación de este con niños, así como una camiseta de este jugador en la Selección colombiana.
«Se la manda James con mucho cariño», indicó Duque.
Otros regalos fueron una Sagrada Familia hecha a mano con sal de la mina de Zipaquirá, un libro de la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, y otro sobre la biodiversidad amazónica.
Duque también regaló al papa una hamaca y le dijo: «sabemos que tiene poco tiempo para descansar», a lo que Francisco respondió: «para hacerme la siesta», provocando la risa de los asistentes.
Y por último le dio también una caja con cuatro paquetes de café «de gran calidad» y que representa «la transformación productiva» del país, a lo que el papa apuntó: «para hacer un buen tinto».
Acompañó al presidente una delegación de 16 personas, entre ellas el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, y el de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, además del embajador colombiano ante la Santa Sede, Julio Aníbal Riaño.
Duque estuvo también acompañado por su esposa, María Juliana Ruiz, con sus tres hijos, Luciana, Eloísa y Matías, su madre Juliana Márquez, su hermano Andrés Duque y su suegra, Gloria Sandoval. Las mujeres vistieron velo de encaje y toquilla en color negro.
La primera dama dijo al papa que participó recientemente en un «extraordinario» encuentro de su proyecto educativo Scholas Occurrentes y, al despedirse, avanzó que seguirá trabajando con esa institución.
El presidente colombiano tiene previsto reunirse también con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
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