El pasado martes, un preso identificado como Deivis Eduardo Ruiz Torres murió en plena Cárcel de Alta Seguridad de La Picota, en el sur de Bogotá, luego de un fuerte altercado con los guardias del recinto. Su muerte ha puesto en duda graves irregularidades en las prisiones del país, así como el estado de los guardias del Inpec.
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El hecho se registró el pasado martes, cuando Ruiz, capturado desde 2015 por homicidio, portaba una gorra. Por este elemento, los guardias del Inpec, según los familiares de la víctima, lo habrían golpeado hasta causarle la muerte.
«A él lo ‘levantaron a palo’ hasta causarle la muerte por el simple hecho de quitarle una gorra. Por eso, empezaron a ‘corretiarlo’ y le daban palo. Mi hermano pedía auxilio, clamaba que no lo mataran. Les insistía que no había hecho nada. Pero le cayeron como ocho guardias. Le dieron y le dieron hasta que lo mataron. Luego, lo dejaron tirado como un perro», afirmó a El Espectador Tatiana Ruiz, hermana del fallecido.
Según el Inpec, la muerte del preso se debió a una taquicardia grave que sufrió. Los guardias aseguraron que Ruiz se encontraba actuando de manera agresiva y alterada, por lo que tuvo que ser «reducido» para ser trasladado a la enfermería, de donde fue trasladado al Hospital El Tunal y murió.
El testimonio de la muerte de Deivis Ruiz fue corroborado por otro preso de La Picota, quien aseguró que el reo fue perseguido por varios patios del centro penitenciario hasta que lo agarraron. «Él corrió y lo alcanzaron en el patio 4. Se agarró de las rejas pidiendo auxilio y que no lo maltrataran más, pero recibió golpes de los dragoneantes», afirmó el detenido.
Varias organizaciones como la Fundación Emanuel y el Equipo Jurídico Pueblos, que trabajan por el bienestar de los detenidos, afirman que estos casos de abuso de autoridad en La Picota y otras cárceles del país son corrientes. El Inpec avanza con las investigaciones, pero Tatiana Ruiz pide justicia: «A mi hermano no tenían que maltratarlo por quitarle una gorra y llevarlo hasta la muerte», concluyó.