Desgarradores gritos de niños discapacitados destaparon el horror en que vivían en un internado de la ciudad colombiana de Ibagué, convertido en una auténtica «casa del terror» en la que según la Fiscalía eran torturados por sus «cuidadores», una historia que hoy tiene espantado al país.
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Entre los tratos crueles a los que eran sometidos, los menores tenían que soportar que les arrojaran a la cara alimentos calientes, ser atados a las camas o el suministro constante de drogas tranquilizantes.
Por esa razón el abogado de uno de los capturados, el psiquiatra de la fundación, asegura que su firma fue alterada en varios documentos en los que se autorizaba el uso de la fuerza y la medicación de al menos 11 niños en condición de discapacidad mental. Según informó Noticias Caracol para el abogado defensor David Palacio esta queja le parece muy extraña ya que los documentos iban firmados y sellados por el psiquiatra, y tenían “el aval de las directivas del Instituto (de Bienestar Familiar)”.
Según dijo Palacio al noticiero “Aquí alguien está mintiendo, porque tenemos unos documentos con sello y firma del psiquiatra, y ahora dice que le falsificaron los sellos y las firmas”.
Además el coronel Jorge Morales, comandante de Policía de Ibagué, reiteró en el informativo que a los niños “los amarraban de pies y manos, era una tortura”.
Por su parte Sebastián Cruz un exempleado de la fundación dijo a las autoridades lo que allí sucedía con los pequeños “Los niños eran castigados cruelmente: de cada extremidad los amarraban, y duraban dos, tres y cuatro horas. Hubo dos niños que duraron 24 horas amarrados (…) Ella ‘gestiaba’ (apretaba) lo que más podía, y el niño decía: ‘me duelen las piernitas. Auxilio, auxilio’. Él me pedía auxilio y me decía: ‘acá no me alimentan, me maltratan… yo me quiero morir’”, dijo Cruz,