A Angélica Salamanca se le aguaron los ojos cuando se enteró de que había sido seleccionada como becaria por la Escuela Nacional de Cine en Bogotá. Subió a la tarima, y con la candidez de una adolescente de provincia, recibió de manos del ministro David Luna el diploma que certifica que parte de su futuro estará en la capital. “Es como un sueño que se cumple. Yo quería estudiar Ingeniería Civil en la Nacional, pero creo que no me estaba escuchando a mí. Esto es lo que quiero hacer. Uno de los profes me dijo que estas cosas no pasan por casualidad”.
PUBLICIDAD
Sucedió en Puerto Carreño, la capital de Vichada. Allí se llevó a cabo la entrega de dos zonas wifi gratuitas y dos puntos Vive Digital por parte de ministerio de las TIC. Además, diez instituciones públicas del municipio tienen a partir de ayer conexión a internet.
Las calles de Puerto Carreño parecen interminables canchas de tenis. Todas están teñidas del rojizo color de la arcilla. Cuando se divisan desde el aire no sabe uno si están pavimentadas o no. Al final resultó que la mayoría si lo están. Por ellas, cientos de niños y jóvenes caminan cada día a estudiar. “Ahora es más chévere, este internet vuela. Acá el internet no funciona así. A veces es bueno y cuando hay tormentas no funciona. Hay puntos de Carreño donde la señal de celular no sirve” cuenta un estudiante del Ceres de Puerto Carreño.
Y es que, para muchas personas en Colombia el uso de internet y las redes públicas es algo común. Pero para la gente de Vichada no. Allí, debido a la dificultad de hacer llegar fibra óptica a través de la selva, la banda ancha como la conocemos en la mayoría de las zonas del país, aún no había llegado. “Esta es una conexión basada en una red microondas que nace en Arauca. Con más de catorce antenas logramos crear esta conexión. Esta misma tecnología se está utilizando en Chocó, Putumayo, Amazonas, Guanía y Guaviare” dijo el ministro David Luna.
“A mí me sirve mucho para ver lo que hacen los maestros. Yo me veo en un futuro así, grabando cosas, no tan corticas como el filminuto que hice, sino más largas. Me veo volviendo de Bogotá a ayudar, a trabajar con toda la gente que está acá conmigo” contaba Angélica mientras tomaba agua, buscando calmar la emoción de su noticia. Pero, la felicidad de Puerto Carreño lamentablemente no es completa. La conexión a internet es un de las tareas completas de una larga y compleja lista de “Cosas por Hacer”.
“Yo creo que hemos avanzado, pero hay cosas que faltan. Hay unos problemas de alcantarillado, tenemos muchos problemas de desempleo y la situación en Venezuela nos está afectando mucho. Necesitamos carreteras para conectarnos con el resto del país y para que los campesinos de acá puedan sacar sus productos” dijo Marcos Pérez, el alcalde. Según contó Jesús Cuevas, quien ha vivido más de sesenta años en Puerto Carreño, la infraestructura del municipio es aún precaria. Cuenta que están lejos, que para llegar a Villavicencio pueden ser cerca de dieciocho horas de viaje solo si hay verano. Que hay energía eléctrica, que en general es buena, pero que a veces falla. Y que si bien hay acueducto, en cada casa hay “un pozo profundo” porque muchas veces las casas se quedan sin agua y hay que bombear del pozo. “Hay que hacer un pozo de dieciocho metros para que no falte agua. Además acá no hay alcantarillado, cada casa tiene un pozo séptico” cuenta Cuevas.
La llegada del “internet que vuela” ayuda a hacer menor la distancia que hay entre Puerto Carreño y muchos otros municipios de Colombia. “Es una oportunidad de poder llamar, de estar más cerca. De conectarse uno con más gente. De aprender de lo que hacen otras personas en el resto de Colombia” dice Angélica.
PUBLICIDAD
“Bienvenidas las críticas, pero lo importante en una sociedad es que la educación mejore. Todas las tabletas y computadores, que ha entregado el gobierno tienen contendidos precargados. Quiere decir que no necesitan internet. Obviamente todas las demás inversiones son necesarias pero la de tecnología comienza a ser parte esencial de un proceso para una mejor sociedad” dijo David Luna.
Mientras tanto, para Angélica y otros muchos jóvenes de Vichada parece que el futuro es un poco más prometedor. Ahora hay más posibilidades de estudiar y de conectarse con el mundo. Si bien, no lo harán a través de una carretera de cemento, si a través de una de datos. Solo falta esperar que la misma inversión que se hace hoy en tecnología se vea en otros aspectos básicos de infraestructura para que el oriente de Colombia no viva más en el pasado.