Poco más de 56000 votos fueron suficientes para que el ambiente de optimismo que se manejaba el pasado lunes, con el acto de la firma de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc en Cartagena, se convirtiera en una sensación de desasosiego de la que ni el propio presidente Juan Manuel Santos fue capaz de superar.
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Los resultados electorales, a pesar de ser tan parejos, también demuestran una fuerte división en el país, en el que por regiones el centro del país votó masivamente a favor del «no», y en el que Bogotá, la Costa Caribe y los departamentos de la periferia votaron a favor del «sí».
Mientras ciudades como Bogotá, Cali y Barranquilla tuvieron un voto a favor del «sí», el «no» fue mayoritario en Medellín y el Eje Cafetero. El único departamento del centro del país que votó por el «sí» fue Boyacá, con una diferencia apenas superior a 600 votos.
Así, por ejemplo, en Antioquia el «no» tuvo una ventaja de más de 400 mil votos, más que suficiente para reemplazar los 250 mil electores de diferencia a favor del «sí» en Bogotá. Los mayores porcentajes a favor del «no» se vieron en Casanare y Arauca.
Otro aspecto complejo es la votación en los municipios más afectados por el conflicto armado con las Farc. En municipios del Urabá, Putumayo y el Chocó, el apoyo del plebiscito pudo llegar hasta el 95% que se vio en Bojayá.
Ahora todo el mundo debe estar pensando «¿qué clase de país es ese, que deben hacer un plebiscito para aprobar la paz y lo rechazan?».
Luis Eduardo Garzón, jefe político de la campaña por el «sí».
Así mismo, esta fractura también llenó de desconcierto al país político y a las personas que apoyaron tanto el «sí» como el «no». Las perspectivas a futuro dependen de la reunión política que anunció el presidente Juan Manuel Santos con todos los poderes políticos.
Las opiniones más generalizadas entre quienes apoyaron el «sí» fueron expresadas por el jefe político de la campaña y exministro Luis Eduardo Garzón. «Tristeza, frustración, incertidumbre y desconcierto», analizó. «Gana un ‘no’ que vendió la idea del miedo, que pone una agenda de la incertidumbbre».
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Los próximos días, mientras los negociadores de paz llegan a La Habana para analizar los pasos a seguir en la mesa de diálogos, y el país político trata de rearmarse, uno de los principales trabajos que viene es el de unir al país que se partió en la elección.
Así mismo, corresponde a los líderes políticos movilizar al 62% de los colombianos que no participó en la votación. Este lunes habrá una reunión con todas las bancadas (excepto el Centro Democrático al cierre de esta edición), con el fin de crear un acuerdo político que ayude a cerrar este ciclo.