La firma del acuerdo de paz de La Habana en Cartagena no solo es un evento histórico: los mismos habitantes de la Ciudad Heroica han debido sufrir los rigores de los intensos operativos de seguridad que tienen aislado un gran sector del Centro Histórico.
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Las calles que normalmente bullen de turistas y lugareños han sido bloqueadas, en especial alrededor de la Plaza del Reloj y el Centro de Convenciones de Getsemaní, en cuya explanada se reunirán los invitados para la firma de la paz entre el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las Farc Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», prevista para las 5 de la tarde.
Pero toda la ciudad amurallada ha sufrido estas restricciones. En las puertas de ingreso al centro histórico, la Policía instaló retenes e impide la circulación de automóviles. Así mismo, grupos policiales y de infantería vigilan los sitios en donde presidentes, jefes diplomáticos y representantes de todo el mundo se hospedan para presenciar el acto.
Así, monumentos como la estatua de Blas de Lezo, los baluartes de San Juan y de la Aduana, y la Torre del Reloj se han visto desiertas, y el tráfico peatonal está muy disminuido por los cierres y por una pertinaz lluvia que desde el mediodía cae sobre la bahía.
Las restricciones se agravaron en la Avenida Pedro de Heredia en las alturas del Castillo de San Felipe, luego de que el Centro Democrático realizara una manifestación en el área e intentara ingresar al sector de la Plaza del Reloj. La presencia del Esmad en el área impidió que los cerca de mil manifestantes ingresaran al centro histórico, pero colapsó los accesos.
Cartagena, por todas estras restricciones, se encuentra dividida. Un taxista consultado por PUBLIMETRO mencionó que había contado con microperforados a favor del «no», pero que el propietario del vehículo los retiró «para evitar inconvenientes», y que otros conductores han sufrido la misma suerte.
Así mismo, empleados de negocios como restaurantes, cafés y hostales criticaron el espectáculo, dado que sus ventas se han disminuido por las restricciones de acceso a sus establecimientos y la ley seca decretada en la ciudad.