Colombia

Polémica entre colegios y Dane por encuestas de sexualidad a niños

Para docentes y padres de familia, las preguntas son “agresivas” y demasiado personales. El Dane asegura que las encuestas ayudan a conocer situaciones como acoso sexual y prostitución infantil

La polémica alrededor de las encuestas a menores de edad sobre sexualidad arreció. Directivos y padres de familia de todo el país criticaron al Dane por realizar preguntas que consideraron demasiado personales y que podrían promover prácticas sexuales en los niños y jóvenes de los colegios colombianos.

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La denuncia fue instaurada por la vicerrectora de un colegio católico de Bogotá, que aseguró a RCN Radio que el Dane está obligando a los directivos de las instituciones educativas a realizar estas encuestas aunque, en su criterio, sus preguntas no son apropiadas para los estudiantes de bachillerato.

“Pedimos el que ellos mismos vieran esta encuesta y que por sí mismos decidieran si quieren o no que sus hijos se sometan a estas preguntas tan agresivas“, acotó la vicerrectora, quien añadió que exigió un poder a los padres de familia antes de aplicar la encuesta a sus estudiantes.

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Entre las preguntas polémicas se incluyen interrogantes sobre si los menores han tenido relaciones sexuales con una pareja estable, si han recibido dinero u obsequios a cambio de desnudarse, si han practicado juegos sexuales en grupo o si han sufrido de abuso sexual con caricias no autorizadas.

«Las preguntas pueden estar enfocadas de otra manera, son preguntas bruscas, es el lenguaje, si les preguntan ‘¿y con quién lo haces, lo haces con tu pareja?’, pues un niño de 10 años no tiene pareja, tiene abusador», aseguró la vicerrectora.

Padres de familia y docentes de distintas organizaciones a nivel nacional apoyaron esta postura, asegurando que las preguntas no tienen en cuenta el desarrollo de los menores ni su edad.

Dane defiende la encuesta

El director del Dane, Mauricio Perfetti, aclaró a W Radio que la encuesta ha sido aplicada desde 2008 para cumplir con las leyes 1136 de 2009 y 679 de 2001, para combattir con más eficacia la explotación sexual, pornografía y turismo sexual de menores.

La encuesta, que se aplica de manera bianual, se realizó a casi 100.000 niños y adolescentes en 2014 y que su elaboración, así como la participación de los menores, no es consultada con los padres de familia debido a que no lo exigen las leyes.

“Lo que se hace con esta encuesta es conocer las condiciones de riesgo (…) Por ejemplo, hemos encontrado que el 7,5% de los niños menores de 13 años han tenido relaciones sexuales y el 8,9 % han sido forzados a tener relaciones”, aclaró Perfetti.

¿Sí es para tanto?

Según el investigador en temas educativos Julián Gutiérrez, la aplicación de la encuesta destapa problemas graves que se han dejado de lado para poder formular unos lineamientos claros para poder realizar distintos temas de educación sexual a nivel nacional.

«El manejo de la educación sexual no está estandarizado y es muy difícil de estandarizar y plantea dificultades que se deben resolver tanto por el Ministerio y las Secretarías de Educación como por los colegios y los padres, que garantice que los colegios puedan contribuir al desarrollo de la sexualidad de sus estudiantes», dijo Guitérrez en diálogo con PUBLIMETRO.

Aunque los casos planteados por padres de familia de una posible exploración sexual son posibles, Gutiérrez consideró que esta es una posición extremista, que oculta un problema mayor: la posibilidad de que la curiosidad de los menores y la reticencia de sus padres y docentes a hablar de sexo los lleve a indagar por su cuenta.

«Es más posible y más preocupante que el joven, al encontrarse con esos términos, encuentre una indagación y encuentre fuentes de información que quizá no sean las más constructivas para resolver sus dudas. Ahí se empiezan a perpetuar mitos y estereotipos que el joven va a asimilar con respecto al desarrollo de su sexualidad», dijo el experto.

Así mismo, Gutiérrez advirtió que la encuesta parte de un error: que todos los encuestados tienen la misma formación en temas de sexualidad. «Claramente no es el caso, depende de muchísimos factores, y ese es el mayor riesgo: la desinformación y la consecución de información errónea que puede tener consecuencias graves a futuro», resaltó.

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