El jefe negociador del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con las Farc, Humberto de la Calle, dijo que es «realista» que los dirigentes de esa guerrilla puedan participar en política una vez se desmovilicen, una posibilidad que genera una fuerte controversia en el país.
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«Voy a arriesgarme a una controversia enorme, pero es realista que se abran escenarios de participación política para los dirigentes de las Farc que deseen llegar a la vida civil con plenitud de garantías», sostuvo De la Calle en una entrevista con el diario El Tiempo.
El jefe negociador reconoció que este es un mensaje «muy polémico e impopular» para la sociedad colombiana, pero insistió en que todos los ciudadanos «debemos reflexionar y prepararnos para que haya presencia política de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia», con las que se espera firmar la paz próximamente.
«Creo que a Colombia le conviene que las Farc, en vez de estar atentando contra la población civil, tengan presencia en órganos representativos y participen en la política sin armas, que es verdaderamente el fin del conflicto», destacó De la Calle.
La participación política de las Farc una vez dejen las armas es uno de los cinco puntos de los que consta la agenda para firmar la paz, cuyas negociaciones comenzaron en noviembre de 2012 en La Habana.
Sobre este apartado, al igual que en los otros cuatro restantes, existen ya preacuerdos entre las partes, si bien dentro de ellos aún faltan aspectos por cerrar.
Son estos asuntos pendientes los que faltan para firmar la paz con las Farc, y según De la Calle, los relativos a la entrada en política de esa guerrilla son los más complicados de acordar por «la sensibilidad del país».
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«Creo que los colombianos tenemos que hacer una reflexión sobre este punto porque no es solo un tema de la mesa de conversaciones de La Habana. Yo quiero reiterar que el propósito final y fundamental del acuerdo es poner fin al uso de las armas y abrir las puertas a la participación política», agregó.
El pasado jueves las partes firmaron en La Habana un acuerdo sobre «Fin del conflicto» que incluye el alto el fuego bilateral y definitivo, así como el protocolo para que esa guerrilla deje las armas.
Ese pacto, sellado ante el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias «Timochenko», y con el espaldarazo de la comunidad internacional, se considera la antesala de la firma de paz, que pondrá fin a 52 años de conflicto armado.