Este miércoles se conoció la impresionante historia de un náufrago colombiano que, después de 85 días varado en una zona muy poco transitada del Océano Pacífico, fue rescatado por el barco «Nikkei Verde» y dejado en Honolulu (Hawaii). Pero la historia presenta muchas dudas, según la Associated Press (AP).
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La AP identificó al náufrago como Javier Eduardo Olaya, de 29 años de edad y un pescador originario de la isla de Malpelo, en el Pacífico colombiano, pero detectó varias inconsistencias en el caso.
De acuerdo a la AP, la Armada de Colombia no recibió nunca un reporte de pérdida de la embarcación de 23 pies que sufrió la emergencia. Presuntamente los cuatro tripulantes habrían salido el 9 de febrero de Malpelo con provisiones para un mes antes de sufrir presuntamente un daño en su motor.
Así mismo, AP destacó que la ropa del pescador con la que fue encontrada se encontraba en muy buen estado, así como la condición del propio náufrago, que «no parecía ni moribundo ni demacrado».
En diálogo con Blu Radio, el cónsul de Colombia en San Francisco, Elías Ancízar Silva, reconoció que la única versión que se conoce hasta ahora sobre el misterioso caso fue la que entregó el propio náufrago al ser encontrado.
A pesar de esto, Ancízar destacó que su labor era la de brindar asistencia al náufrago. «Tenemos que obrar positivamente frente a la posición de nuestros connacionales, la posición de asistencia es nuestro deber, no podemos llegar a cuestionar esas acciones», dijo.