Colombia es uno de los más de 20 países que hacen parte del Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico, por ello es vulnerable a la intensa actividad sísmica y volcánica de esta zona.
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Aproximadamente el 7 % del territorio nacional descansa sobre el Pacífico. El profesor Josef Farbiarz, director del Centro de Proyectos e Investigaciones Sísmicas de la Universidad Nacional Sede Medellín, explicó que, “si se toman los registros anuales de los movimientos de tierra, en el país se producen, en promedio, dos temblores diarios; afortunadamente son tan pequeños que no generan ninguna consecuencia, pero el movimiento de la tierra es continuo”.
Por su posición en el globo, la vulnerabilidad sísmica del territorio colombiano es una realidad que depende no solo de la amenaza, debido a los constantes movimientos telúricos, también del grado de preparación de la población para hacer frente a fenómenos como tsunamis, terremotos o erupciones volcánicas; asimismo de la solidez de los sistemas estructurales o construcciones, sobre todo en las ciudades, que son más frágiles, debido a su concentración poblacional y de edificaciones.
“En nuestros centros poblacionales tenemos construcciones muy antiguas que son más vulnerables que las recientes y muchas construcciones informales se han realizado sin sistemas estructurales probados o asistencia de profesionales que se ocupen de la sismorresistencia, lo cual aumenta el riesgo”, añadió el profesor.
Pese al alto grado de amenaza, los temblores y en general los fenómenos naturales responsables de desastres y pérdidas humanas son imposibles de predecir. De ahí la importancia de estar preparados para la emergencia.
“La recomendación que siempre hacemos tiene que ver con asegurarse de que las viviendas cumplan con las normas de sismorresistencia, asistir a los simulacros para aprender a responder durante y después del suceso, definir planes de contingencia y tener a la mano un kit de emergencia. Eso puede ayudar a prevenir la pérdida de vidas humanas, pero requiere un esfuerzo de toda la sociedad en cuanto a planeación y prevención”, explicó Farbiarz.
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En caso de presentarse un temblor en el país, o incluso un tsunami, riesgo que advirtió el Centro de Alertas de Tsunami en el Pacífico (PTWC) tras lo ocurrido el sábado 16 de abril en Ecuador, los departamentos de Chocó, Risaralda, Caldas, Quindío, Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Putumayo, Huila, Santander y Norte de Santander serían los más afectados por su ubicación en zonas de alto riesgo.
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Con la Ley 1444 de 2011 se creó en el país la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres UNGRD, entidad adscrita a la Presidencia de la República que tiene el objetivo de dirigir la implementación de la gestión del riesgo de desastres y coordinar el funcionamiento y el desarrollo continuo del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo.
Si bien se han hecho esfuerzos como los procedimientos de adecuación sísmica que se llevan a cabo desde 1999 y la reglamentación a partir de leyes y decretos para hacer frente a una emergencia de este tipo, solo el acontecimiento como tal permitirá conocer en detalle la efectividad de la capacidad instalada para responder adecuadamente.