Colombia

Las Farc buscan presionar a Santos con actos como el de la Guajira

Según expertos académicos consultados por PUBLIMETRO, la Presidencia podría terminar cediendo a la posibilidad de una asamblea constituyente, y que buscaría la firma de “algo” el 23 de marzo

El ultimátum de Santos

Juan Manuel Santos, advirtió este viernes a las Farc que se les «agotó el tiempo» para terminar las conversaciones de paz en la fecha convenida, el 23 de marzo, y recuperar así la confianza ciudadana.

«A su regreso a La Habana los señores de las Farc deben concentrarse en lo siguiente: Ya se agotó el tiempo para terminar las negociaciones. La fecha del 23 de marzo, acordada entre el presidente de la República y el comandante de las FARC, está a menos de cinco semanas», advirtió.

Para esa fecha, las comisiones de negociación deben tener aprobados los acuerdos. «De lo contrario, los colombianos entenderemos que las Farc no estaban preparadas para la paz», expresó Santos.

La presencia de los negociadores de las Farc en La Habana “Iván Márquez”, “Jesús Santrich” y “Joaquín Gómez” en el corregimiento de Conejo, Guajira, ha minado para muchos colombianos la confianza en el acuerdo de paz que se negocia con el gobierno, pero no afectaría un proceso en el que el presidente Juan Manuel Santos ha puesto todo su capital político.

Según dos académicos consultados por PUBLIMETRO, la única opción del gobierno es buscar la firma del acuerdo en los próximos meses, aún cuando no sea en la fecha designada por Santos el pasado mes de septiembre.

“Esta situación de Conejo se ha presentado en varios departamentos y en muchos sitios del país, por fuera de los encuentros originalmente acordados por el Gobierno y las Farc en los campamentos guerrilleros”, afirmó el profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario Vicente Torrijos.

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En efecto, los medios presentaron imágenes de encuentros de otros negociadores de las Farc con la población civil en La Habana hace varias semanas en jurisdicción de Diamante (Caquetá).

El problema no es la fecha

El compromiso de la firma final del acuerdo el próximo 23 de marzo había alcanzado a ser reconsiderado por el presidente en las últimas semanas, pero el pasado viernes, desde Manaure, Santos ratificó la fecha como último punto del acuerdo (ver recuadro).

Para Torrijos las Farc son “especialistas en dilación”, que obligarán demoras   en la negociación en los próximos para que Santos sea presionado a ceder, aunque el acuerdo se firmará de forma definitiva.

“La presión que habrán generado las Farc sobre el presidente les generará los máximos beneficios. Si las Farc se negaran a firmar, Santos perdería seis años de gestión y eso no se puede permitir, y por eso los ciudadanos se vuelven mucho más exigentes con el resultado”, opina.

Santiago Castro, vicedecano de la Escuela de Política de la Universidad Sergio Arboleda, considera que esta era la única opción de Santos. “El presidente, siendo sensato, sólo podía exigir que se firme el acuerdo o no podría justificar que nada pasó después de que hubieran hecho pedagogía para la paz con sus hombres en armas”.

Para Castro, las Farc “le pegaron una cachetada al gobierno y se burlaron de Humberto de la Calle” con lo sucedido, pero de todos modos se podrá firmar un acuerdo “muy general” el 23 de marzo.

“El riesgo es que no se firme nada. O que se firme algo, pero que las Farc sigan casadas con la asamblea constituyente y que el Gobierno se mantenga con la idea del plebiscito”, afirma el vicedecano.

¿Una Asamblea Constituyente inevitable?

Torrijos asegura que, a pesar de la intensa campaña   y la aparente firmeza del presidente   Santos con el plebiscito como mecanismo de refrendación del acuerdo, la asamblea constituyente que proponen las Farc sería   “inevitable”.

“Las Farc se oponen al plebiscito porque saben pueden perderlo. Pero la asamblea constituyente será inevitable, sobre todo si la Corte Constitucional declara inexequible la maniobra congresional que permitió que se aprobara el umbral de 13% del plebiscito”, dice el académico, quien añade que la creciente impopularidad de Santos se convertirá en una victoria del «no» si se da el plebiscito.

Por su parte, Castro considera que el mayor riesgo de asamblea constituyente se da si la Corte Constitucional lo declara inexequible, pues será muy fácil para Santos conseguir los suficientes votos por el sí. “Son cuatro millones de personas que se pueden conseguir con facilidad. Es el número de personas que puede poner la maquintaria de dos partidos de la Unidad Nacional”.

Además, el vicedecano advierte del riesgo de corrupción que genera la campaña por el sí: “Estamos en un año de crisis económica en el que los alcaldes y gobernadores dependen cada vez más de los giros del Gobierno central. No debe sorprender que haya gobernantes locales haciendo campaña por el sí buscando congraciarse con el presidente”.

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