Cali

¿Contrataría a una persona LGBTI en su empresa? Este es el panorama en Cali

El viernes 5 de julio, la política pública ‘CaliDiversidad’ tendrá el último debate en el Concejo. Su aprobación promete garantías para los LGBTI durante los próximos 10 años.

Es imposible saber cuántas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales o intersexuales están desempleados en Santiago de Cali. Ni siquiera hay cifras sobre la cantidad de personas LGBTI que viven en la ciudad. Todas las encuestas, censos y sondeos limitan la categorización de los ciudadanos a las únicas dos opciones que se imprimen al reverso de las cédulas de ciudadanía: masculino o femenino. Pero la invisibilidad no significa inexistencia.

La comunicadora y psicóloga María del Mar Rivera perdió su trabajo en una reconocida empresa caleña después de comentar que había comenzado su transición de hombre a mujer. Cuando consiguió el empleo, sus jefes y compañeros no tuvieron inconvenientes con que fuera un chico gay. Incluso algunos de ellos también lo eran. El lío, dice, nació al hacer pública su decisión.

«El problema de la sociedad no es con todas las personas LGBTI sino con aquellas a las que se nos nota»: María del Mar Rivera, transexual.

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“Avisé que iba a transicionar y me despidieron sin justa causa. Pasé de ser coordinador de desarrollo humano a trabajar en oficios varios en un restaurante”, recuerda María del Mar. En los dos años que lleva sin empleo formal ha tenido crisis severas de depresión y ansiedad. Hace un mes participó en un proceso de selección y logró avanzar hasta la última entrevista. “Supe que no iba a quedar por la forma como me miraba la jefe de Gestión Humana. El problema de la sociedad no es con todas las personas LGBTI sino con aquellas a las que se nos nota”, cuenta la profesional.

Durante la gobernación de Angelino Garzón en el año 2006, el Valle del Cauca fue el primer departamento de Colombia en proponer la construcción de una política departamental dirigida a las personas LGBTI. Sin embargo, los retos que aún hoy enfrentan estos ciudadanos están lejos de reflejar una garantía plena de sus derechos.

En Cali, la política pública ‘CaliDiversidad’ tendrá su último debate la próxima semana en el Concejo y se prevé su aprobación. Con esta política, que empezó a gestarse desde 2010, se abren las puertas para la destinación de recursos públicos a planes y estrategias que aporten a la inclusión, al reconocimiento y a la garantía de derechos de personas LGBTI en la ciudad.

«Si en la entrevista nos damos cuenta de que alguien es homosexual, terminamos las preguntas por cortesía pero sabemos que queda eliminado»: analista de selección.

Una analista de selección de una agencia de empleo, quien prefiere omitir su nombre, menciona los prejuicios que hacen que para alguien LGBTI sea tan difícil conseguir oportunidades laborales. La situación podría ser la misma en todo el país, pues si bien no es requisito incluir en la hoja de vida datos como la edad, la dirección de residencia y el género, estos hacen parte de los criterios de selección.

“Mi jefe me dice que no contrate gais o lesbianas porque son conflictivos. Una caja de compensación que nos solicita personal dio la misma orden”, explica la mujer. Aunque esos parámetros no se detallan en la publicación de las ofertas, son motivo de descarte. “Si en la entrevista nos damos cuenta de que alguien es homosexual, terminamos las preguntas por cortesía pero sabemos que queda eliminado”, añade la analista.

Por eso, muchas personas LGBTI se ven obligadas a esconder sus orientaciones o identidades sexuales con el ánimo de conseguir algún cupo en una empresa. Ya adentro, el panorama se presenta hostil de distintas maneras. El trato que los trabajadores con sexualidades diversas reciben de sus compañeros incluye críticas, burlas, apodos, chismes, acoso y desplantes. Vivir y sobrevivir son conceptos diferentes.

Luego de varios meses sin empleo, Juan Carlos Torres se enteró de una vacante en un estudio de modelos webcam: necesitaban un hombre gay que entrenara a las chicas que se iniciaban en el mundo de la venta de sexo virtual. El requisito resultaba paradójico: para proteger a las inexpertas modelos y hacer más ameno su ambiente laboral, estaba prohibido contratar hombres heterosexuales o mujeres lesbianas. Nadie que se pudiera interesar sexualmente en ellas.

“Soy pansexual, me gusta de todo: he estado con hombres, mujeres, transexuales, etc.”, comenta el joven. Su apariencia y actitud masculinas han sido el escudo frente a la discriminación, pero no han logrado protegerlo del todo. “Una vez me postulé para ser profesor de inglés en un colegio y en la entrevista me preguntaron mi orientación sexual porque la rectora tenía conflicto con la homosexualidad. Por supuesto, no pasé”, agrega Juan Carlos.

Más que prostitutas o peluqueras

Desde el grupo de investigación ‘Bienestar, trabajo, cultura y sociedad’, de la Universidad Javeriana, se lideró un estudio sobre la identidad de género en mujeres transexuales o transgénero. Entre los retos que este mismo grupo identificó está tumbar el estigma de que solo pueden trabajar en la prostitución o en salas de belleza, aunque quizá sea la constante.

«El trabajo no hay que hacerlo con las mujeres trans sino con la sociedad»: Linda Orcasita, psicóloga.

Para Linda Teresa Orcasita, psicóloga con maestría en Familia que coordina la línea ‘Familias, género y sexualidad’ del grupo de investigación, el desempeño laboral no está determinado por la orientación o identidad sexual del sujeto. En la consecución de un empleo, dice, las que tienen menos posibilidades son las mujeres trans porque la construcción que un hombre hace del cuerpo femenino es muy notoria.

El problema no es la falta de capacidades. Por iniciativa propia y con el apoyo de instituciones privadas y estatales, las mujeres trans se forman en varios campos. Luego, cuando quieren abrirse un espacio en el mercado laboral, lo único que reciben como oferta son burlas y rechazo. “El trabajo no hay que hacerlo entonces con esta mujeres sino con la sociedad”, afirma Orcasita.

Otro estudio realizado por la Universidad Javeriana con 15 familias de Cali que tenían hijos gais o hijas lesbianas reveló que entre los principales temores de los participantes estaban las condiciones laborales en una cultura machista, patriarcal, religiosa y homofóbica como la que subsiste en Colombia.

“El reto está en que las compañías reciban formación. Uno esperaría que todas las empresas tuvieran en cuenta la transversalización de la perspectiva de género, pues incluso es lo que hoy se les exige en el marco de las políticas de inclusión LGBTI”, añade la psicóloga Orcasita.

«Lo más difícil en la sociedad caleña actual es ser pobre, negro y LGBTI»: Johana Caicedo, creadora de la fundación Somos Identidad.

Johana Caicedo, líder de la Fundación afrodescendiente por las diversidades sociales y sexuales ‘Somos Identidad’, coincide en que los hombres y mujeres trans tienen pocas posibilidades de conseguir un empleo formal, pero asegura que la misma problemática se repite para todas las personas LGBTI. A la situación le añade nuevos elementos: el nivel socioeconómico del sujeto y su color de piel.

“Si una persona del Distrito de Aguablanca se postula a un empleo, por el hecho de vivir en esa zona marginada ya tiene menos posibilidades de obtenerlo. Si pone la foto y es negra, se agotan las oportunidades. Y si en la entrevista descubren que es homosexual, es casi imposible que la contraten”, dice Caicedo, quien tiene una maestría en Educación y adelanta un doctorado en Humanidades.

Desde sus vivencias y su experiencia como líder, Johana reitera que la mayor barrera para acceder a un empleo formal no es ser parte de alguno de los grupos que representa la sigla LGBTI sino que esta condición sea notoria. Un hombre puede ser gay, pero no afeminado. Una mujer puede ser lesbiana, pero no marimacho. Una trans debe ‘pasar’ como mujer biológica. Un trans debe lucir como un hombre.

“Lo más difícil en la sociedad caleña actual es ser pobre, negro y LGBTI. A mí la gente me cerró las puertas y apenas pude conseguir un trabajo formal hace tres años. Mi hoja de vida estaba vetada. ¿Por qué? Por ser lesbiana”, puntualiza la líder.


Glosario:

  1. Intersexual: Persona cuyo cuerpo no se encuadra anatómicamente en la clasificación de ‘hombre’ o ‘mujer’. Puede tener variaciones en sus cromosomas, órganos reproductivos o genitales.
  2. Travesti: Persona expresa un rol de género socialmente asignado al sexo o puesto a través de su forma de vestir. Ser travesti no significa ser homosexual.
  3. Transgénero: Persona que se identifica con su sexo opuesto y desea pertenecer a este, pero no ha hecho modificaciones de su cuerpo a través de cirugías o tratamientos hormonales.
  4. Transexual: Persona que adquiere los caracteres sexuales se su sexo opuesto mediante cirugías o tratamientos hormonales.
  5. Trans: Término que agrupa a los hombres y mujeres transexuales o transgénero.

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