Un padre que le promete a su hija no volver a golpear a su mamá si le deja tocar sus partes íntimas en secreto. Un abuelo que le dice a su nieto que no puede contar nada de lo que le hace porque la familia se separaría. Una niña que le confiesa a su madre los abusos de su padrastro y recibe como respuesta que debe soportarlos porque no hay dinero para irse de casa.
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Durante 2018, la Secretaría de Salud Pública de Cali recibió 1309 reportes de menores de 14 años que fueron víctimas de abuso sexual. Casi la mitad tenía entre 10 y 13 años. 10 ni siquiera habían cumplido el primer año de vida. Y en más del 50% de los casos se pudo establecer que el agresor era alguien perteneciente a la familia: padres, padrastros, tíos, primos, abuelos o hermanos.
“La gente relaciona el abuso sexual con aquellos casos en los que el adulto le pone un cuchillo en el cuello al niño y lo mete a un terreno baldío. No es así. El abuso sexual intrafamiliar es el que más ocurre y la víctima queda con una dicotomía: quiere contar lo que está pasando, pero no quiere que a su pariente le suceda algo malo porque hay un vínculo afectivo muy fuerte”, explica la psicóloga Mónica Vejarano, doctora en terapia de familia y niños.
Registros del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar indican que el Valle del Cauca fue el segundo departamento en donde se iniciaron más procesos de restablecimiento de derechos a menores abusados sexualmente en 2018, después de Cundinamarca. La Organización Mundial de la Salud define el abuso sexual infantil como la utilización de un niño o adolescente en una actividad sexual que no comprende, no aprueba y para la que no está preparado.
«El agresor le dice al niño que la familia se va a diluir si cuenta la verdad, o que su madre y sus hermanitos serán agredidos»: Mónica Vejarano, psicóloga.
Con frecuencia, dicen los expertos, el abusador sexual se encarga de preparar al niño para que su agresión permanezca en secreto. Las acciones pueden ir desde la entrega de regalos hasta la formulación de amenazas, que logran sembrar terror o anticipar una culpabilidad en la pequeña víctima.
“Le dice que la familia se va a diluir si cuenta la verdad, o que su madre y sus hermanitos serán agredidos. Todo abusador tiene problemas de control de impulsos y seguramente ejerce violencia intrafamiliar. Ese es uno de los motivos para que el niño no reporte lo que está sucediendo, pues quiere proteger al resto de sus seres queridos”, explica la doctora Vejarano, quien dirige la Asociación Creemos en Ti.
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Aunque el abuso sexual infantil afecta a niños y niñas, estas últimas son más vulnerables. De los 1309 casos que reportó la Secretaría de Salud Pública el año pasado, 1045 correspondieron a niñas. Ocho de cada diez víctimas de abuso sexual infantil en Cali fueron mujeres. De esas ocho, cuatro tenían menos de nueve añitos.
“La familia sigue siendo uno de los contextos más inseguros para los niños. Se habla de que los agresores dentro de los ambientes familiares son los papás o padrastros, pero en este momento tenemos una tendencia fuerte de niños que abusan de otros niños. Hermanos de sus hermanas. No es que solo esté sucediendo ahora, es que ha salido más a la luz”, dice la psicóloga Clemencia Ramírez, investigadora de la Organización Internacional para las Migraciones.
«Entre más se demore un niño en denunciar y recibir apoyo, más impactos negativos va a tener en su vida»: Clemencia Ramírez, psicóloga.
Si bien es difícil perfilar a los abusadores sexuales, las psicólogas coinciden en que existe un elemento reiterativo: el déficit en el control de los impulsos. Promesas de cambio imposibles de cumplir. Cuando el agresor hace parte de la familia también hay una traición de la confianza del menor y se crea una imagen distorsionada de la relación con los adultos.
“Entre más se demore un niño en denunciar y recibir apoyo, más impactos negativos va a tener en su vida. Insistimos en el tema de la educación sexual temprana no para que los niños se protejan de los abusadores sino para que los potenciales agresores no crezcan con esta distorsión”, añade Ramírez, doctora en psicología clínica y de la salud.
Señales del desastre
En la línea 106, Adriana Jaramillo es una de las psicólogas encargadas de atender las llamadas o mensajes en busca de ayuda. Esta línea pertenece a la ONG Corpolatin y fue creada para brindar atención telefónica o vía WhatsApp a niños y adultos que requieran orientación psicosocial. A ella también acuden víctimas o testigos de abusos sexuales infantiles.
«Cuando el agresor es el papá o el padrastro, hay madres que prefieren conservar la relación de pareja»: Adriana Jaramillo, psicóloga de la línea 106.
“Recibimos llamadas de vecinos muy preocupados porque sospechan casos de abuso sexual. También nos buscan personas a cargo de niños: profesores, por ejemplo, que notan cambios comportamentales o anímicos en sus estudiantes. Igualmente nos llaman muchos niños que ya les han contado a sus familiares que son abusados y no les creen. Les dicen que están exagerando. Cuando el agresor es el papá o el padrastro, hay madres que prefieren conservar la relación de pareja”, cuenta Adriana.
En un niño, señales como la dificultad para comunicarse, el ensimismamiento, los síntomas depresivos, la decisión de no compartir con sus amigos, las alteraciones de sueño o de alimentación y todo lo que represente cambios significativos en su comportamiento habitual puede indicar que está siendo víctima de abuso sexual.
“Descubrimos la causa con la intervención terapéutica, pues los niños nos dicen que se sienten aburridos, que están tristes, que se están cortando, etc. Los síntomas depresivos están muy relacionados con el abuso sexual. En la mayoría de los casos nos cuentan que quienes abusan de ellos son sus padres, padrastros o abuelos”, puntualiza la psicóloga.
Además de la línea 106, otras líneas que brindan apoyo y reciben denuncias en casos de abuso sexual infantil son la 141, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y la 123, de la Policía Nacional. La ONG Corpolatin también atiende consultas por WhathsApp, a través del número 3156984482.
Líneas de apoyo y denuncia:
Cali ‘activa sus poderes’
Con la campaña ‘Activa tus poderes contra el abuso sexual infantil’, la Secretaría de Bienestar Social propone que todos los caleños se unan para proteger a los niños y adolescentes de este flagelo. En los próximos meses se implementarán nueve Centros de Orientación Familiar para que las víctimas de violencia intrafamiliar, entre las que están los niños abusados sexualmente, puedan recibir apoyo.
Si un niño acude a un adulto para denunciar un caso de abuso sexual y este no activa la ruta de atención, es copartícipe del hecho: Carolina Campo, secretaria de Bienestar Social.
También hay 20 Consejos Consultivos Terrioriales que generan espacios de participación ciudadana para niños y adolescentes de 13 comunas y siete corregimientos. En junio, la Alcaldía presentará ante el Concejo Municipal una política de convivencia familiar, cuyo componente central será la lucha contra el abuso sexual infantil.
“No va a ser una campaña de tres meses sino que los esfuerzos quedarán confirmados en una política. Queremos que todos los ciudadanos sepan que son responsables de la protección de los niños y niñas. El Código Penal dice que si un niño acude a un adulto para denunciar un caso de abuso sexual y este no activa la ruta de atención, es copartícipe del hecho”, señala la secretaria de Bienestar Social de Cali, Carolina Campo.
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