La integración de soldados de la Fuerza Aérea Colombiana a los patrullajes que se realizan desde hace un año y medio con miembros de la Policía Metropolitana y del Ejército Nacional es una de las acciones más recientes del gobierno caleño para mejorar la seguridad.
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Y es que los picos siguen siendo una constante en el registro de muertes violentas: pueden transcurrir días tan pacíficos como el pasado sábado 9 de febrero, cuando no se registró ningún homicidio, pero existen otros tan agitados como el domingo 3, fecha en la que la Policía contó nueve asesinatos y un total de 16 ese fin de semana, de viernes a domingo.
“Tenemos picos violentos ya que hechos aislados se suman a la dinámica frecuente de muertes ocasionadas por temas de microtráfico o de pandillas. En febrero se han presentado aumentos en la comuna 7, relacionados con riñas entre habitantes de calle, y en la comuna 18 por disputas por líneas de distribución de drogas”, explicó el secretario de seguridad y justicia, Andrés Villamizar.
A pesar de que el consolidado anual ha disminuido desde el 2014, Cali tiene la tasa de homicidios más alta del país: 47 por cada 100.000 habitantes. El 2018 se convirtió en el periodo con menos muertes violentas de los últimos 26 años, que es el lapso en el que se han sistematizado los homicidios en la ciudad.
100 soldados de la Fuerza Aérea se sumaron a un patrullaje por la comuna 7 con la Policía y el Ejército.
Este año, por ejemplo, van cinco días con cero homicidios y enero sería el mes más pacífico de la historia reciente si la violencia se midiera solo con la cantidad de muertes violentas. En febrero, aunque el primer fin de semana se presentaron 16 casos infortunados, las cifras siguen siendo más bajas que las del mismo lapso del año anterior.
¿Cómo se ha logrado? Cada semana, los organismos encargados de velar por la seguridad de los caleños se reúnen para analizar la manera en la que fluctúan las cifras de homicidios en los barrios. A partir de ese análisis proponen nuevos planes de acción.
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“Los fenómenos delincuenciales y de violencia no son estáticos. A medida que van cambiando, nosotros debemos ir ajustando las estrategias. El año pasado, la focalización estuvo en las comunas 13, 15, 20 y 21, que eran las que más homicidios presentaban y donde ha habido una reducción importante”, añadió el secretario de seguridad.
32 homicidios se presentaron durante el 2018 en Potrero Grande, el barrio más violento del año.
Durante una reunión entre Villamizar y el consejero presidencial de seguridad esta semana, el secretario le pidió un aumento del pie de fuerza al Gobierno Nacional para intensificar los patrullajes en algunas comunas de Cali, entre otras solicitudes.
“La idea es consolidar a Cali como el gran epicentro de la lucha contra la delincuencia, la violencia, el terrorismo y la minería ilegal de todo el suroccidente colombiano. Así como somos epicentro de la actividad ilegal, debemos convertirnos en el eje estratégico de la acción del Estado contra el delito”, explicó el líder de Seguridad y Justicia.
En este sentido, el plan a mediano plazo de la construcción de un ‘Centro estratégico de lucha contra la delincuencia’ incluye el aumento de los cupos carcelarios, pues la cárcel de Villahermosa tiene un hacinamiento del 200% y más de 170 condenados por homicidio culposo gozan del beneficio de casa por cárcel, es decir, permanecen en las calles y siguen delinquiendo, en la mayoría de los casos.
Cali, en la mitad del corredor
Autoridades locales insisten en que la posición geográfica de Cali está vinculada de manera estrecha a las dinámicas de violencia que presenta la ciudad. De hecho, según el Observatorio de Seguridad, el 65% de los homicidios registrados en el 2018 obedecieron a la delincuencia: tráfico de drogas, ‘ajuste de cuentas’ y hurtos.
Al estar en la mitad del corredor que comunica departamentos que tienen amplias extensiones de cultivos de coca como Putumayo, Cauca y Nariño con el océano Pacífico a través del principal puerto marítimo del país, se convierte en paso obligado para la ilegalidad y en un punto de llegada para los delincuentes.
El subsecretario de la política de seguridad de Cali, Pablo Uribe, ha reiterado que “El narcotráfico es el combustible de la delincuencia en Cali porque alguien dedicado a este negocio resuelve cualquier disputa a través de la violencia. Esto genera homicidios y otro tipo de delitos, y financia bandas criminales”.
117 homicidios en Cali se registraron entre el 1 de enero y el 13 de febrero de 2019.
Otras estrategias
La Policía Metropolitana sigue ejecutando acciones para atacar delitos menores como el hurto, que generan gran impacto en la percepción de seguridad de los caleños y que pueden provocar muertes violentas. En lo corrido del 2019, los agentes han incautado 1498 teléfonos celulares, 816 con registro de hurto.
La información se descubre con la verificación del IMEI a través de un sistema electrónico que la institución implementó hace poco. Sin embargo, este hallazgo solo ha dejado 27 capturas debido a la ausencia de denuncias formales. Con el mismo desarrollo, los uniformados pueden consultar los antecedentes de personas y vehículos.
Por último, en la misión de prevenir la violencia, la Alcaldía continúa con la estrategia ‘Domingo seguro’. Dicho plan consiste en llevar una oferta de servicios y actividades lúdicas y artísticas a los barrios más violentos con el fin de disuadir el delito los domingos, días históricos de mayor cantidad de homicidios en Cali.
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