Una semana después de que un subalterno de la concejala Patricia Molina revelara que ella se quedaba con el 80% de su salario y que incluso le manejaba la tarjeta débito, Noticias Uno reveló nuevos casos de abuso.
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Molina, cabildante del Polo Democrático en Cali, también les habría exigido parte de los salarios a otros de sus empleados. Incluso, uno de ellos habló de la existencia de «contratos fantasma».
«El último contrato fue de dos millones setecientos, yo recibía los dos millones y entregaba los setecientos. (…) Los que no trabajan solamente prestan el nombre, firman, reciben el sueldo y se lo entregan tal cual», dijo William Sánchez, quien trabajó con la concejala hace algunos años.
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¿Por qué no la habían denunciado antes? De acuerdo con Sánchez, Patricia Molina lo tenía amenazado con revelar sus preferencias sexuales si él hablaba del abuso del que estaba haciendo víctima.
«Yo soy gay, pero en ese momento no se sabía», explicó el nuevo testigo.
Álvaro Argote, presidente del Polo Democrático, aseguró creer en la presunción de inocencia de la concejala Molina. De hecho indicó que la primera denuncia podría estar relacionada con un lío de pareja, lo cual desmintió rotundamente el afectado.
La Procuraduría está investigando el caso.
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