Cuando la puerta del Paraíso se abre, quien está al otro lado dispuesto a recibir a los visitantes no es ni un vigilante ni un portero. De hecho, no es una persona. Mucho menos un dios. El pasado miércoles, por ejemplo, el anfitrión fue Nico, un perrito criollo que ya conoció la maldad humana cuando alguien le quemó el cuerpo con agua caliente. Pero también podría ser Azúcar, una cachorra a la que dejaron abandonada en un caño y que se ganó ese nombre por su dulzura.
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O Negra, que vivió 10 años en una empresa y la echaron a la calle porque llegó un nuevo perro. O Valiente, que se corre la vida en tres patas después de perder una delantera. O cualquiera de los otros animales que viven allí, en la Fundación Paraíso de la Mascota, porque sus dueños los abandonaron, porque fueron víctimas de maltrato o porque no contaron con la suerte de encontrar una familia que los quisiera para toda la vida.
Aunque el albergue es un terreno alquilado en Pance que tiene capacidad para 100 perros, hoy le sirve de hogar a 150 caninos, más de 200 gatos (algunos con enfermedades terminales), dos caballos y un toro gordo que al llegar ahí como salvación del sacrificio bautizaron Joe. Para todos hay alimentos y controles médicos. Los perros salen de paseo al río dos veces por semana y, al igual que los gatos, mantienen la esperanza de que alguien, algún día, quiera adoptarlos y darles un hogar.
“La Fundación lleva 15 años en este sitio, pero desde hace un año y medio nos están pidiendo que desocupemos. Nuestro sueño es tener un lugar propio y más amplio. No nos podemos ir tan lejos para que la gente nos visite y apoye nuestra labor. Una buena ubicación sería la vía Cali-Jamundí. Necesitamos que alguien se solidarice”, dice Lizbeth Gutierrez, trabajadora del albergue.
Y es que al ser una entidad privada, el Paraíso de la Mascota no recibe ningún financiamiento del Estado. Sus ingresos provienen de los ‘padrinos’ que mensualmente donan desde $30.000 para ayudar con los gastos del hogar, de la venta del plástico reciclado que otros buenos ciudadanos llevan, de la comercialización de calendarios y camisetas y de la realización de eventos que surgen de la creatividad y el esfuerzo de quienes se niegan a dejar morir el proyecto.
Más de $10 millones suman los gastos mensuales del Paraíso de la Mascota.
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“Todos los días atiendo llamadas o mensajes de personas que dicen que ya no pueden tener a sus mascotas porque se van a cambiar de casa o por razones similares, entonces quieren traerlas al hogar. No las podemos recibir. Yo les respondo que cuando uno adopta o compra un animal, el compromiso es tenerlo toda la vida. En esos casos, nuestra forma de ayudar es publicando la foto en Facebook a ver si resulta algún adoptante”, agrega Lizbeth.
A pesar de que la oferta de animales cuyos dueños están dispuestos a abandonar en el albergue es alta, la demanda es poca: en un mes, no más de tres perros y tres gatos son entregados en adopción. Todos salen vacunados, desparasitados y esterilizados, y el ‘pago’ que deben hacer los adoptantes es un aporte de $50.000 para que la Fundación siga ayudando a los animales más necesitados.
Hay otras personas, sin embargo, que ante la imposibilidad de llevarse a los animalitos a sus casas deciden apadrinarlos por un aporte mensual con el que se solventarán algunos de sus gastos. “Ahora tenemos unos 30 padrinos fijos. Muchos otros se comprometen, donan el primer mes y luego se olvidan. Cuando alguien apadrina uno de nuestros animales tiene derecho a visitarlo, a llevarlo de paseo y a tener noticias sobre su proceso de adopción”, explica Lizbeth.
¿Qué puede hacer?
En el hogar son bienvenidas todas las donaciones: alimento, medicamentos, camas para perros y gatos, sillas plásticas, herramientas, botellas y accesorios para mascotas como collares y correas para salir de paseo. No obstante, teniendo en cuenta los gastos que genera el albergue cada mes, los aportes en dinero son quizá los más útiles.
Si su generosidad le da para donar un terreno de 6000 m2 o para ayudar a conseguirlo, el Paraíso y sus más de 250 ángeles se lo agradecerán eternamente.
Cuenta corriente Bancolombia No. 06015721294, a nombre de Fundación Paraíso de la Mascota.
Si desea que recojan su donación en otro lugar, comuníquese a los teléfonos 3152698780 o (2)6675761.
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