La noche del pasado domingo 29 de julio, en medio de un corte de energía, un olor fétido alertó a los funcionarios del acueducto municipal de Santander de Quilichao (Cauca).
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El hedor provenía del agua que estaba entrando a la planta, lo que los llevó a cerrar las válvulas y a descargar los tanques de almacenamiento de manera inmediata para impedir que el agua contaminada se mezclara con el resto.
Según las primeras versiones, dicho líquido bajó de las cocheras que se encuentran en la parte alta de la zona y contenía excremento de marranos.
«Si bien durante los últimos días han hecho presencia entidades como el Ica, la Secretaría Departamental de Salud, la Personería Municipal, la Secretaría de Gobierno y la CRC (Corporación Autónoma Regional del Cauca), quienes visitaron un predio en la zona alta del municipio y evidenciaron claras violaciones a la normatividad que regula los criaderos de animales, aún no se tienen acciones concretas de la entidad responsable que es la CRC», expresó el medio local Multivisión.
En un video compartido en Internet, uno de los funcionarios del acueducto explicó que, para evitar que el agua con heces pasara a la planta de tratamiento, tuvieron que botar el líquido vital por más de dos horas.
Días antes, en redes sociales ya se habían publicado denuncias sobre las descargas ilegales. No obstante, un funcionario de la CRC argumentó que no existían conexiones directas de descargas contaminantes al río Quilichao.
Por lo pronto, habitantes del municipio siguen esperando soluciones para que el funcionamiento de los criaderos no afecte la salud de niños y adultos.
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