Una serpiente cascabel era la ‘herramienta de trabajo’ de un chamán que pretendía impresionar a los transeúntes en la plaza de Cayzedo con las supuestas propiedades curativas del veneno del animal.
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Gracias a una denuncia anónima, autoridades ambientales hicieron presencia en el lugar y descubrieron al reptil, que estaba guardado en un canasto.
«Se trata de una persona que maneja este tipo de animales, cuya tenencia y comercialización están prohibidas… más una cascabel, que es una especie potencialmente peligrosa», dijo el intendente Jorge Eliécer Zorrilla, de la Policía Ambiental.
El Dagma valoró a la serpiente en un hogar de paso y dictaminó falta de alimentación, lo que se pudo notar en la débil condición corporal.
Además de ser judicializado por el delito de posesión de fauna silvestre, el chamán recibió un comparendo y deberá pagar una multa de cerca de $380.000.
«Es el enganche que tienen estos chamanes para atraer a la gente: que el veneno de serpiente es bueno para curar enfermedades y demás. Le venden a la gente cosas engañosas porque no siempre es el mismo veneno del ejemplar», añadió Zorrilla.
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