En el torneo de fútbol más reciente que se jugó en el barrio Brisas de Mayo, zona comúnmente conocida como Siloé, participaron más de 100 jóvenes de 12 ‘combos’ que años anteriores no podían siquiera verse en las calles. Las riñas viejas, odios y cuentas pendientes habían trazado fronteras invisibles que hoy ha logrado borrar la pelota.
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El ángel que ha hecho posible este milagro se llama Alexander Guerrero. Habitante del barrio desde que nació hace 42 años, ha sido testigo de cómo muchos se han ido matando por meterse en una guerra que a veces no comprenden del todo. Junto a otros líderes sociales y apoyado en su trabajo como socializador del Miocable, Álex ha logrado que la comunidad comprenda que no hay que matarse para solucionar los problemas y que siempre va a ser mejor jugarse un partidito de fútbol.
Por eso cuando vio un terreno baldío que quedó luego de construir la estación del cable aéreo de su barrio, la idea se le dibujó en la cabeza: hay que construir una cancha de fútbol. Y así, con la ayuda de jóvenes que adhirieron a la causa, inició una labor de varios meses que dio como resultado ese lugar para la reconciliación.
Los ‘picaditos’ se juegan los sábados. Cuenta Álex que, al principio, para muchas personas fue asombroso volver a pasar por esas calles por las que antes sus vidas corrían peligro. Vieron entonces cómo habían avanzado las construcciones, cómo había cambiado ese sector que alguna vez transitaron. Y vieron también cómo ya podían pasar con tranquilidad, sin el miedo de que alguna bala les arrebatara la vida.
Por eso Álex está convencido de que el trabajo social es algo fundamental en estas zonas. Sirve la infraestructura, sí. Sirve que construyan vías, que refuercen la seguridad, que mejoren el transporte, pero sin trabajo social todo esto se viene al piso. Además de los torneos de fútbol, con el apoyo de otros líderes ha logrado crear un bachillerato por ciclos para los habitantes del sector que no pudieron terminar sus estudios. En junio gradúa la primera promoción.
Y como si fuera poco, otros líderes trabajan con los niños en talleres de zancos, teatro y salsa para que ocupen sus tiempos libres y no se los regalen a la calle. En la estación del Miocable de Brisas de Mayo se está llevando a cabo un curso de electricidad que busca brindar oportunidades laborales a todos los estudiantes. Este es el trabajo social que, dice Álex, le abre las puertas a la reconciliación y a la paz.
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El próximo torneo de fútbol se realizará en mayo. Y aunque todavía no han conseguido a nadie que done los trofeos y una malla para encerrar la cancha, todos están entusiasmados porque en ese mismo lugar en el que antes podía esperarlos la muerte, ahora los espera un balón.
Otros goles a la violencia
Pasa lo mismo al otro lado de la ciudad. Un ángel un poco más joven y más bronceado que el primero de esta historia se ha encargado de demostrarles a los niños y jóvenes de Potrero Grande que en el fútbol hay muchas posibilidades de salir adelante.
Lo conocen como ‘La RR’, otros lo llaman ‘Profe’, pero su nombre es Jhon Jaider Biojó. De niño, en su natal Tumaco, jugaba fútbol y alguna vez soñó con que esa fuera su profesión. Años más tarde en Cali, cuando se chocó con todas las problemáticas que existían en su barrio, pensó que tenía que hacer algo con esos muchachos que muy pronto podrían estar en las calles consumiendo drogas y delinquiendo. Así nació Talentos de Potrero Grande FC.
Actualmente el club tiene jugadores en equipos profesionales como el Cúcuta Deportivo y las divisiones menores del Independiente Santa Fe. A mediados de junio, cuatro jugadores viajarán a Brasil para ser parte de equipos como el Santos Futebol Clube y el Vasco da Gama.
Y es que ‘El profe’ no se preocupa por los muchachos solamente dentro de la cancha. También está pendiente de que tengan buenas relaciones familiares, de que les vaya bien en el colegio y de que tengan siempre una buena presentación personal. “Vale más lo que llevan por dentro que lo que puedan cargar en sus bolsillos” es uno de sus lemas.
Tiene también un equipo de fútbol femenino, pues sabe que las niñas son igual o quizás más vulnerables a las problemáticas del barrio. Y a ellas les encanta este deporte, cada vez más quieren ser parte del club.
Todas estas siembras han traído frutos hermosos. ‘El profe’ y su escuela son reconocidos ahora en el sector como un proyecto serio y comprometido con el bienestar de los muchachos. Algunas personas de buen corazón le han regalado uniformes, guayos e invitaciones a cine para que el equipo comparta en otros espacios. Recientemente, la agencia de turismo Viajes CHE premia a los jugadores, niños y niñas, que hayan tenido buen comportamiento y buen rendimiento escolar con paseos para ellos y sus familiares.
En las canchas, en estas canchas, se van tejiendo historias. En las canchas, en estas canchas, se solucionan los problemas, se va creando una familia y se encuentran alternativas para salir adelante. En las canchas, en estas canchas, se va logrando la paz.