Si tuviera mucho dinero, mucho tiempo libre y salud, ¿qué estaría haciendo con su vida? Esa fue la pregunta que le hicieron un día a César Giraldo y que él respondió con algo que le venía dando vueltas en la cabeza desde hacía rato: viajando, conociendo diferentes culturas y llevándoles un mensaje de conservación del ambiente.
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Caleño, de 32 años, este biólogo de profesión es ahora el dueño de Viajes CHE, una empresa de turismo responsable que por estos días cumple un año de funcionamiento. El próximo viaje, programado del 17 al 20 de marzo, será al “Fin del mundo”, un bello lugar del Putumayo que recibe ese apodo porque dicen que después de eso no hay nada más.
“Yo estaba insatisfecho con mi trabajo, me sentía cómodo pero no feliz. Después de esa pregunta empecé a pensar en cómo se podrían juntar mis tres pasiones en un negocio: viajar, conservar los ecosistemas y ayudar a las demás personas”, cuenta.
Y es que Viajes CHE no es una empresa de turismo convencional. Además de llevar a todos los viajeros a lugares increíbles en el Valle del Cauca y otros departamentos, los instruye sobre aspectos históricos, ecológicos, culturales y naturales. Durante los paseos César tiene siempre un par de bolsas en las que va recolectando los desechos de su equipo y de otros paseadores incautos que ensucian los ecosistemas sin importar el daño que puedan causarles.
Este empresario también se ha encargado de que su proyecto tenga un componente social: a las salidas lleva jóvenes de barrios vulnerables de Cali que pertenezcan a alguna fundación o estén vinculados a proyectos deportivos, artísticos o culturales con el fin de demostrarles que hacer las cosas bien tiene consecuencias positivas.
“Con el pago que hacen todos los viajeros nos llevamos gratis a estos chicos en compañía de uno de sus padres. Hasta el momento han sido ocho beneficiados y el mensaje que queremos que les llegue a ellos y a sus familias es que si uno se esfuerza y se porta bien, va a tener oportunidades en la vida”, puntualiza César.
A finales de febrero, por ejemplo, Andrés David y su mamá fueron invitados a la Quebrada Pericos, un paradisiaco lugar en la vía que de Cali conduce a Buenaventura. El niño, de 10 años, pertenece a la Escuela de Formación Deportiva Talentos Fútbol Club, del barrio Potrero Grande, y además de ser un excelente futbolista es un muy buen estudiante.
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Entre los lugares que ha conquistado Viajes CHE se encuentran el Parque Nacional Natural Puracé, Pico de Loro, San Cipriano, el Huila, el Desierto de la Tatacoa, el Nevado del Ruiz, la Reserva Pericos, el Volcán Puracé, el Parque de la Uva y muchos más. La lista es larga. Desde que la empresa está en funcionamiento se han realizado 25 viajes y se han movilizado 316 personas.
¿Y por qué ‘CHE’? Además de ser la sigla de Colombia Hiking Experience, César lo utiliza para decir que viajar es CHÉvere, que Colombia es CHÉvere y que conservar la naturaleza es CHÉvere.
Ahora, con una camiseta que dice “Viajar es perjudicial para la monotonía”, prepara los detalles para el paseo a San Cipriano que realizará el 26 de marzo, después de llegar del ‘Fin del mundo’ y antes de partir de nuevo al Parque Nacional Natural Puracé el 2 de abril, donde con sus viajeros hará el avistamiento del cóndor de Los Andes.
Un pacto con la naturaleza
Antes de iniciar los recorridos, César revela siempre el secreto para que todo salga bien: cuando uno lleva buenas energías, la naturaleza lo recibe igual. Le ha funcionado. Una vez, recuerda, estaba con unos viajeros en el Parque Puracé esperando que el cóndor de Los Andes se dejara ver. Estaba venteando y lloviznando, condiciones que hacen difícil el avistamiento.
Los otros grupos de turistas que esperaban lo mismo se rindieron pronto y abandonaron el lugar. Pero de repente, cuando el grupo de Viajes CHE estaba hablando sobre la importancia del cóndor para el ecosistema, el animal apareció en todo su esplendor. Otro día, en el Nevado del Ruiz, tuvieron la fortuna de presenciar una erupción de fumarola después de un pulso sísmico.
Ahora, aunque reconoce el reto que representa crear empresa en Colombia, el guía CHÉvere se siente absolutamente feliz. Tanto así que no titubea al decir que este ya es su proyecto de vida.