Luego de pensarlo varios meses, en marzo de este año Jessica Pulido decidió comprarse una moto y facilitarse la vida. Esta mamá de dos niñas le comentó a PUBLIMETRO que “vivir en Soacha y trabajar en Bogotá no es fácil, además yo me demoraba mucho llevando las niñas al colegio. Todos los días me levantaba a las 4:00 a.m. y me la pasaba corriendo para llegar a la estación de San Mateo y no conseguir bus”.
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Aunque su esposo tiene una moto hace varios años, no les sirve de nada porque no tienen la misma ruta. “Me decidí porque me ahorro plata y pago menos de $300.000 mensuales de cuota, más la gasolina, pero en pasajes diarios a veces me gastaba como $20.000 pesos diarios pagando lo de la niña mayor y haciendo transbordos. También era complicado porque en TransMilenio me podía demorar hasta dos horas y con la moto, si no hay tanto trancón, me gasto menos de una hora”, añadió.
Así las cosas, Jessica empezó a hacer parte de las cifras, pues según un estudio de la Andi y Fenalco “Soacha es uno de los municipios con mayor número de motocicletas nuevas registradas”.
Esas motocicletas, en su mayoría, entran a Bogotá, ciudad en la que se matricularon unas 6739 motos para febrero de este año, y se le suman las de otros municipios como La Calera, Mosquera, Chía o Cajicá.
Además, hace unas semanas la Superintendencia de Puertos y Transportes publicó un estudio que demuestra que son cada vez más los ciudadanos que se han bajado de TransMilenio y han optado por otros medios de transporte.
“Las disminuciones más fuertes en términos de demanda acumulada se registran en la ciudad de Bogotá, particularmente en el componente zonal, con 18 millones de viajes menos que el 2017 (…) asimismo, del componente troncal se han realizado 14 millones de viajes menos que el año anterior”, señala el estudio.
Muchos de estos viajes ahora se realizan en moto, ¿pero cuál podría ser la razón de este fenómeno? Para Fernando Rojas, experto en Movilidad de la Universidad del Rosario, “la calidad del transporte público en Bogotá está en picada y la gente siente que la tarifa es muy alta. La moto se ha convertido en una alternativa flexible y a precio razonable para miles de bogotanos, que por rapidez y costos se bajan del bus”.
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En esto coincide Andrés Nieto, experto en seguridad ciudadana de la Universidad Distrital, al señalar que “hay tres razones fundamentales por las que los bogotanos se están bajando del transporte público y una de esas es el tiempo. Cuando hablamos de cuánto gasta una persona en trasladarse de su casa al trabajo en transporte público, según cifras de Bogotá Cómo Vamos, hablamos de unos 97 minutos; cuando lo hacen en vehículo particular hablamos de 52 minutos; y cuando lo hacen en motocicleta, se pueden gastar unos 40 minutos”.
El reto con las motos
Eso sí, más viajes, más desafíos para la ciudad. “Es que nos enfrentamos a algo enorme en temas de accidentalidad, de congestión, de estacionamiento, de cultura ciudadana. Sin embargo, mientras se vea a la moto como un problema difícilmente se logrará avanzar en la solución. Hay que verla como una alternativa real que día a día gana más adeptos”, dijo Rojas.
Además, añadió que “si el transporte en Bogotá es deficiente, el de los municipios vecinos es peor. Por eso quienes allí viven, y trabajan en la ciudad, han encontrado en la moto la respuesta a sus problemas de movilidad. Basta con ver la tortura diaria que vive un habitante de Soacha, que intenta usar TransMilenio para entender porqué prefiere la moto: más barata, más rápida y pueden ir dos personas, lo que reduce los gastos en la canasta familiar”.
Y como son cada vez más los capitalinos que se bajan del transporte público, aunque TransMilenio aseguró que esto se debe a que la medición que se realiza no cuenta a las personas que evaden el pasaje, a la situación financiera del sistema y a que muchos bogotanos han optado por la cicla, ambos expertos coinciden en que si un ciudadano se baja del bus, es muy difícil que se vuelva a subir.
“Todas las ciudades del mundo deben fomentar el uso del transporte público, pero para esto debe ser multimodal y esto quiere decir que tenga varias alternativas, y que entre ellas se comuniquen”, dijo Nieto.
Aunque Rojas fue más directo asegurando que “ahora no se ven mejoras en la calidad de servicio, por lo que la gente seguirá comprando motos. Es fundamental que el Gobierno Nacional ayude a fortalecer los cursos de conducción y a endurecer los requisitos para adquirir una moto”.
Lo cierto por ahora es que para final de este año se espera que en todo el país se matriculen unas 550.000 motos y la tendencia mantenga a Bogotá como una de las ciudades en donde más se adquieren este tipo de vehículos.
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