Bogotá

“Queremos justicia para mi hermana”: Ana María Plazas

La vida de Jennifer Plazas se apagó luego de soportar años de maltrato y agresiones físicas. Hoy su familia pide que caiga todo el paso de la ley en su victimario y que su nombre no se convierta en una cifra más

Ese sábado en la mañana, la mamá de Jennifer Andrea Plazas veía con ojos de impotencia cómo se le escapaba la vida a su hija luego de ser asesinada por su pareja, Andrés Gómez Uriza.

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La escena no podía ser peor: tenía a su lado a su pequeña nieta de siete años, también testigo de ese atroz crimen que le cambió por completo la vida a esta familia, la hermana de Jennifer, Ana María, se levantó muy temprano ese día para llegar con la Policía y detener años de maltrato físico y psicológico. No lo logró. Jennifer se fue para siempre.

La vida de esta mujer de 29 años se vio reducida a escenas de celos, golpes, persecuciones y amenazas durante nueve años. El calvario junto a su victimario no le dio tregua ni cuando estaba embarazada: “Tenía cuatro meses de embarazo y este hombre le pegó. Tuvo 15 días de incapacidad y de eso tenemos soportes. Por todo ese maltrato, ella lo quería dejar”, comentó Ana María Plazas a PUBLIMETRO.

El dolor se apoderó de Ana María, aunque tiene la fuerza suficiente para pedir justicia por su hermana y decir que hasta el último momento honrará la memoria de Jennifer: “Es que no tengo palabras para describir esta pérdida porque era mi única hermana. El dolor es indescriptible y pensar una vida sin mi hermana, la verdad es algo muy doloroso y posiblemente nunca pase. Pero estamos aquí en pie para hacer justicia”.

Jennifer siempre se destacó como una de las mejores deportistas en su círculo social. “Ganó más de 40 reconocimientos en su vida deportiva, ganó premios distritales y universitarios. Se graduó de la Universidad Pedagógica Nacional de Licenciatura en Deporte con tesis meritoria. Trabajaba como entrenadora personal y con niños en condición de discapacidad. Le encantaba lo que hacía y siempre era la mejor”, comenta Ana María.

Andrés nunca cayó bien en su familia, “a mi mamá y a mí nunca nos gustó y nuestra intuición no falló. Este sujeto se mostró dominante, posesivo y pues claramente tenían una relación tóxica. Jennifer siempre trató de salirse de ella, pero él la manipulaba con la niña y la chantajeaba diciéndole que si lo dejaba se iba a llevar la niña y otras cosas. Además, varias veces, y de esto hay registro en la comisaría de familia, hubo agresiones físicas”, añade Ana María mientras pide que se respete la memoria de su hermana.

Recuerda que “varias veces la amenazó, pero él siempre era hipócrita porque sacaba otra cara y se hacía la víctima. Se metía en ese papel de padre preocupado y que no sabía vivir sin la niña y siempre usó la manipulación con mi hermana. Jennifer vivía con mi mamá porque no se sentía segura de vivir a solas con él, y mi mamá también sentía desconfianza, entonces quienes aportaban en la casa eran mi mamá y mi hermana, porque él daba lo mínimo económicamente”.

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Ana María cuenta que la obsesión del victimario de su hermana era tal que llegó a dejar su trabajo para estar siempre con ella. “Este es un crimen que debe repudiarse. Esta muerte es la máxima muestra de la bajeza de un ser humano que nos hizo un daño irreparable al cegar la vida de una mujer talentosa, llena de vida, bonita; dejó una niña huérfana, una madre sin su hija, me dejó sin hermana y a este mundo sin la belleza de este ser que traía luz y servicio”.

Con esos recuerdos y mucho dolor en sus palabras, Ana María asegura que no va a descansar hasta que se haga justicia por su hermana. “Nosotros exigimos todo el peso de la ley porque esto es un feminicidio. Tenemos que luchar para que el nombre de mi hermana, y en nombre de otras mujeres, este hombre tenga el castigo que se merece”.

Por ahora, la Secretaría de la Mujer le está proporcionando ayuda jurídica a la familia de Jennifer y hace una semana se organizaron una vigilia para pedir justicia por su feminicidio. Andrés Gómez Uriza fue acusado de feminicidio agravado y se encuentra recluido en la cárcel La Modelo esperando juicio.


“Tenemos que luchar para que el nombre de mi hermana, y en nombre de otras mujeres, este hombre tenga el castigo que se merece”


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