Bogotá

El agua turbia que rodea al Distrito con los empleados de Aguas de Bogotá

PUBLIMETRO conoció las denuncias de exempleados de la empresa que hasta el 11 de febrero se encargaba de recoger la basura del 52% de la ciudad. Aseguraron que fueron maltratados por el Esmad y su derecho al trabajo fue vulnerado

El panorama en la carrera 21 n.º 44-07/17, sede administrativa de Aguas de Bogotá (AB), desde el lunes de esta semana es el mismo: al menos unos 100 empleados, incluso más, se agolpan en la puerta de la empresa para exigir su carta de despido, un certificado laboral y otro para reclamar las cesantías, así como para pedir explicaciones de por qué se quedaron sin trabajo cuando entró el nuevo esquema de aseo, según ellos, sin previo aviso.

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PUBLIMETRO conoció historias de personas que llevaban cinco años trabajando en AB, aquellas que por algún tipo de lesión o enfermedad fueron reubicadas internamente y que ahora no saben qué hacer, así como relatos de lo que pasó el día de la intervención en la planta y del enfrentamiento con el Esmad. Algunos nombres fueron cambiados y otros decidieron reservarse su identidad.

La intervención

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El primero de febrero se convirtió en un día negro para miles de trabajadores de Aguas de Bogotá. Si bien varios medios de comunicación, incluido este, informaron que lo que se habría iniciado como una protesta pacífica se convirtió en una batalla campal, los exempleados de la empresa, que aseguran haber estado esa noche y madrugada en el enfrentamiento, cuentan otra historia.

“Ese día, un comandante aseguró que tenía una orden del alcalde para sacarnos como fuera de la base y le dijo a uno de los líderes del sindicato: ‘Ustedes vayan y hablan con ellos (los empleados que esperaban el cambio de turno), que salgan a las buenas o los sacamos a la fuerza’. El mismo comandante dijo que era una orden directa del alcalde”, comentó Rodrigo Luna*, conductor de camiones recolectores, que estuvo ese día en la base.

Los enfrentamientos no se hicieron esperar e incluso algunos extrabajadores señalan que mientras esperaban el turno los sorprendieron con agua y gases lacrimógenos, y que los camiones que resultaron dañados en realidad ya estaban fuera de servicio: “El alcalde nos sacó a la fuerza de la planta. Esos carros que la Alcaldía dice que estaban dañados, estaban allá varados desde hace tres años y les sacaban los repuestos para ponérselos a otros. Esos  carros ya estaban dañados y los que rompieron los panorámicos fueron los del Esmad con gases lacrimógenos”, comentó uno de los exempleados de AB que prefirió reservar su identidad.

La versión que se ha manejado desde el Distrito, y que ha mencionado varias veces  el alcalde Enrique Peñalosa, es que ese día hubo un sabotaje de algunos trabajadores de AB que pincharon las llantas y rompieron los espejos de los vehículos, lo que afectó el cronograma de recolección de basura en la ciudad y desencadenó la emergencia ambiental y sanitaria. La Administración llevó los casos puntuales ante la Fiscalía para una respectiva judicialización.

“Ha habido sabotaje y vandalismo, pero además ‘matoneo’, amenazas a muchos trabajadores, incluso a sus familias, es vergonzoso esto que se ha dado. Así que quiero agradecer a todos los trabajadores que a pesar de eso han ayudado a que esta operación se pueda normalizar”, señaló el alcalde Peñalosa.

En el limbo

Lo único claro que tienen los cientos de desempleados que van diariamente a la sede administrativa de Aguas de Bogotá es que no saben qué hacer. “Nunca nos avisaron que nos iban a dejar sin trabajo. A principios del año pasado, el gerente nos reunió y nos dijo que el esquema de aseo iba a cambiar, pero que todo seguía igual”, comentó una de las personas que espera desde el lunes su carta para reclamar las cesantías.

Otros testimonios coinciden en que la empresa nunca les informó formalmente que se abriría la licitación para el nuevo esquema, ni que se quedarían sin empleo porque no sabían a dónde llevar la hoja de vida: “Nos hubieran reunido para decirnos que no iban a licitar y darnos un preaviso o hacer que las nuevas empresas nos empalmen. Pero él (gerente) no tuvo los pantalones suficientes para defendernos. Nos enteramos por los medios y por audios que la empresa se acababa”, añadió otro hombre que llevaba tres años y cuatro meses con AB.

“Nos sacaron de la empresa como si fuéramos ladrones”, fue el reclamo de varias personas que hablaron con este medio.  Frente a este tema, el Distrito ha dicho reiteradamente que les han solicitado a los nuevos operadores el ingreso de los más de 3500 empleados de Aguas de Bogotá. Hasta el momento, y según la última cifra entregada por la Uaesp, por lo menos 1250 personas tienen empleo.

Sin embargo, hay otra queja recurrente y es que a los nuevos operadores no les reciben la hojas de vida o se las reciben, pero no los llaman o los rechazan por cualquier motivo. “Llevé la hoja de vida a uno de los operadores, pero me rechazaron porque estoy ciego. ¡Pero yo veo bien! Fui conductor de camión recolector por cinco años en AB y veo perfectamente”, aseguró Alfredo González*.

“Estamos preocupados porque no tenemos trabajo. Por la edad que tengo no me reciben ni para barrer. Era conductor de camión recolector y trabajé los cinco años que duró la empresa, pero viene uno acá y le dicen que no hay papeles, al otro lado (los otros operadores) no lo llaman, y a los que han recibido los dejan unos días y los sacan”, aseguró Ramiro Flechas*.

Asimismo, muchos coincidieron en que los que están vinculados son “las cabezas de Aguas de Bogotá, los ingenieros, los duros, esos son los que están ubicados con los nuevos operadores”.

“Los de restricción”

Olga Figueroa* ha sufrido de cuatro hernias discales y ha sido sometida a dos operaciones de columna. En su espalda lleva cuatro tornillos y dos placas de metal, servía los tintos en Aguas de Bogotá después de que la reubicaran internamente porque el barrido de las calles le provocó problemas graves de salud.

Olga tiene 45 años y cuatro hijos que mantener, es madre soltera y se pregunta quién la recibirá así de enferma: “Dígame, ¿qué vamos a hacer los de restricción? Si a uno no le dan trabajo por la edad, menos por estar enfermo”, aseguró a PUBLIMETRO.

Olga hace parte del grupo que se conoce en AB como ‘los de restricción’ o ‘los enfermos’, como se dicen ellos mismos. A otra mujer, quien también decidió reservarse su identidad, barrer le estaba provocando dolores de espalda, que solo lograba calmar tomando pastillas. Sin embargo, el dolor de espalda no hizo que se ganara un puesto en ese ‘selecto’ grupo, sino un brazo, que según ella, se lo partió un miembro del Esmad el día de la toma a la planta. “Eso lo hicieron con la intención de que quedáramos mal y por eso mandaron al Esmad. Estoy sin EPS, sin trabajo y con un brazo partido”, aseguró.

En entrevista con este medio, el secretario de Hábitat, Guillermo Herrera, aseguró: “Aquí es importante recordarles a los bogotanos que veníamos haciendo un esfuerzo genuino para acompañarlos (a los trabajadores de AB) ante los nuevos operadores de servicio, para que puedan tener una oportunidad en el esquema de aseo (…). Veníamos acompañando a unos 1700 empleados de Aguas de Bogotá y antes de los actos de vandalismo, se habían contratado a unos 500 (ahora 1250 según la última cifra entregada por la Uaesp) y había unos 1100 que seguían ese proceso de presentación de su hoja de vida, de exámenes médicos y de la verificación de las condiciones laborales que exige la ley para ser contratados”.

Sin papeles

Como si no fuera poco el drama de no tener empleo, los exempleados de AB madrugan a diario para reclamar su carta de despido, certificado de cesantías y otros papeles que necesitan para sobrevivir mientras se emplean o para solicitar trabajo en otra empresa. “Esto es muy triste, porque uno viene acá y ni siquiera abren la puerta, lo atiende a uno el celador o las que barrían la calle con nosotros, pero que se crecieron porque las ascendieron”, aseguró una mujer que lleva desde el lunes pidiendo un sello, que no tiene el certificado, para reclamar sus cesantías.

Así pasan la mañana. Se llenan de paciencia, con un cigarrillo en la mano y en la otra un tinto. Algunos se cansaron de pelear, de gritar, de golpear la puerta; otros, en cambio, se aferran a la entrada exigiendo una respuesta, pidiendo sus papeles y esperando una oportunidad. “Lástima la empresa, estábamos muy contentos y haciendo las cosas bien. El único error acá es que Peñalosa sea el alcalde, porque en vez de hacer crecer la empresa la acaba y mire cómo estamos nosotros”, aseguró Óscar López, un operario de recolección de 28 años.

*Los nombres fueron cambiados a petición de los entrevistados

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Días duró la emergencia ambiental y sanitaria en Bogotá, según el Distrito. Sin embargo, para algunos no culmina

3700

Personas hacían parte de Aguas Bogotá. Según lo informado por la Alcaldía, 1250 ya están vinculados laboralmente

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