Bogotá

Proyecto para descontaminar el río Bogotá

La planta de tratamiento de aguas residuales Canoas tendrá una inversión de 4,5 billones de pesos.

“En ocho años ya podremos ir a nadar al río Bogotá, a montar en canoa, a que salpique la canoa y nos caiga agua en la cara. A pasear por el río y ver la vegetación”, así lo afirmó el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, tras la firma del acuerdo del cierre financiero que permitirá la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales Canoas, que pretende descontaminar el río.

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Este acuerdo se firmó entre el alcalde de Bogotá, el director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Néstor Franco y el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, para garantizar los recursos que llevarán a cabo la obra que, aparentemente, permitirá la descontaminación de este afluente y el tratamiento de las aguas residuales de la ciudad y sus municipios aledaños.

 

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El Proyecto

Esto se logró mediante el Convenio 171 de 2017, que define con certeza los recursos que permitirán realizar las inversiones para el tratamiento del total de las aguas del río. Según el Distrito, es a partir de este convenio que quedan definidas las fechas para los aportes de recursos.

Es de recalcar que el proyecto tendrá una inversión de 4,5 billones de pesos, donde la Alcaldía de Bogotá invertirá recursos por 2,94 billones de pesos (64,4 %) a partir del 2018; la CAR, 1,5 billones a partir del 2023 y la Gobernación de Cundinamarca, 61.000 millones a través del Plan Departamental de Aguas.

“Es una obra que tiene el siguiente horizonte constructivo: 2018 y 2019 para estructurar fase contractual y obra pública de 2019 al 2024 para que en este año entre en operación”, informó el director de la CAR, Néstor Franco.

El lote donde se adelantará este proyecto fue comprado en la primera Alcaldía de Enrique Peñalosa por más de 29.000 millones de pesos. Su construcción se convertirá en la planta más grande del país y la tercera en América Latina, donde se tratarán 16 metros cúbicos por segundo con tratamiento primario y secundario.

“Esta es la garantía para que las aguas  residuales que generan los bogotanos sean tratadas de manera adecuada antes de entrar al río Bogotá y antes de seguir a la cuenca baja del río. Esta es una obra que se le ha dado muchas largas, pero es la que garantiza que las aguas tengan nuevamente vocación agropecuaria y sean usadas para captación de acueductos municipales y epicentro de turismo”, sostuvo el director de la CAR.

Dentro de este proyecto también se encuentra la construcción de la Estación Elevadora, que tiene dos propósitos: trasladar las aguas residuales a la futura Planta de Tratamiento de Canoas y lograr su elevación hasta el Embalse del Muña para la generación de energía.

“Con la construcción de la planta elevadora vamos a poder utilizar los interceptores y descontaminar por completo los ríos Fucha, Tunjuelo y así vamos a tener unos parques lineales en los que estamos avanzando”, informó el mandatario de Bogotá.

 

 

Grandes beneficios

 

Con el tratamiento de las aguas que llegan al río se controlarán los olores que en este momento tiene, además que sus aguas podrán ser utilizadas para uso de riego adecuado y navegación.

“El río Bogotá después de su proceso de descontaminación, producto de la obras de Canoas y la segunda fase del Salitre, será otro, y marcará la ruta de ordenamiento del territorio de la competitividad de la capital y la región”, manifestó por su parte el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey.

De acuerdo con el Distrito, en la ronda de este afluente se desarrolla el 32 por ciento de la actividad económica del país, por esto la importancia de su descontaminación, que ayudará al crecimiento económico de la región.

 

¿Será que podremos nadar?

La profesora Ximena Parsons, de la facultad de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la universidad Distrital Francisco José de Caldas, en comunicación con PUBLIMETRO expresó que el proyecto de la plata de tratamiento de aguas residuales se da tras un fallo del Consejo de Estado, emitido en marzo del 2014, donde se dio un plazo máximo de tres años para poner en marcha el plan de salvamento del río Bogotá.

Frente a la afirmación de Peñalosa, de que dentro de ocho años podremos nadar en el río, la docente explicó que “toca mirar cuál es la tasa de remoción que alcanzará el proyecto Canoas… Llegar a decir que en ocho años el porcentaje de remoción dará para que se nade y haya paseos en canoa eso depende de cuál sea el caudal que vamos a manejar y cuál sea la tasa de contaminación que seguiremos manejando, pero yo creo que el Alcalde fue optimista al dar ese dato”.
Entre tanto, Parsons indicó que los ciudadanos podemos realizar acciones diarias para no seguir contaminando nuestros ríos, como por ejemplo: no botar aceite en los sifones, realizar procesos de ahorro de agua y apoyar empresas que nos garantizan que están realizando procesos de aguas residuales.

 

 

 

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